domingo, 27 de julio de 2025

ROBOS & HURTOS

Con las barberas en remojo

Días atrás en este blog (23.7) prometí contar los entretelones alrededor del argumento del film de Enrique Carreras Ritmo, amor y picardía, producido en 1954 “sobre libro de Manuel Barberá”, como rezan los títulos de crédito. Manuel Barberá (Valencia, España, 1900 / Buenos Aires, 18.12.1979), antiguo residente porteño, fue definido por La Razón (27.6.1947) como alguien “especializado en estrenar afortunadas traducciones del teatro inglés”. Su “argumento” para ese film y para la pieza teatral que lo precede fue un robo a cara descubierta, como lo dictaminó, menos de un mes más tarde del estreno, un informe de Argentores fechado 20.8.1947:

   «Pendiente de resolución el informe presentado en su oportunidad por la Subcomisión especial que tuvo a su cargo la investigación del caso configurado por la obra Un marido como hay pocos, en confrontación con la película El jactancioso, que según denuncias periodísticas sería el origen de inspiración de dicha comedia, la Junta Directiva, después de escuchar la opinión de varios de sus miembros que asistieron a título verificatorio a la exhibición privada de la película y conocieron la obra representada, declara: a) Que evidentemente surge la existencia de similitudes de situaciones y personajes, las que en virtud de su acumulación, no pueden ser consideradas meras coincidencias; b) Que ante la comprobación de esas reiteradas semejanzas la Junta Directiva aprueba el dictamen elevado por la Subcomisión especial, en cuanto las puntualiza y en consecuencia por unanimidad resuelve: 1º.- Señalar la transgresión a la ética profesional en que ha incurrido el asociado señor Manuel Barberá, al no haber declarado la procedencia de su evidente inspiración, en un trabajo teatral del que aparece como autor absoluto y original. 2º.- Sin perjuicio de las ulterioridades que pudiesen surgir, la Sociedad General de Autores de la Argentina reviste a esta resolución de un carácter admonitorio que de suyo constituye una sanción moral».


   No obstante todo lo cual, la pieza continuó siendo representada, fue publicada por la revista teatral Argentores (nº 280, del 28.2.1948) rotulada como “original” a pesar del dictamen de agosto 1947 y varios años más tarde se rodó el film como si el plagio nunca hubiera existido.

   Ahora bien: ¿qué es El jactancioso, el film mencionado en el lapidario informe de la entidad? Es una producción estadounidense de 1946, The show-off, dirigida por Harry Beaumont e interpretada por Red Skelton, Marilyn Maxwell, Marjorie Main, Virginia O’Brien, Eddie “Rochester” Anderson, Leon Ames y Marshall Thompson, que en Buenos Aires se conoció en el Metropolitan el 26.6.1947, casualmente el mismo día en que Barberá estrenaba su copia. En su reseña, el Heraldo del Cinematografista contaba su argumento: “Un jactancioso se casa y sus fanfarronadas no hacen más que ocasionarle dificultades y deudas, ante las cuales no se arredra, hasta que recibe una dura lección y se siente humillado por fin. En ese momento se entera que su intromisión le valió un excelente negocio a un cuñado y recupera su arrogancia”. La revista de Chas de Cruz sugería como frase publicitaria la siguiente: “Divertidas aventuras de un simpático charlatán, cuyo «cerebro mecánico» puso en aprietos a toda su familia”. El guión lleva la firma de George Wells y sí declaraba su origen, la pieza teatral de igual título escrita por George Kelly (1887-1974), actor, dramaturgo y director estadounidense de quien The show-off, estrenada en 1924, resultó su obra mejor conocida, seguida por Craig’s wife (1925), por la que ganó un Pulitzer. El señor Kelly –que además era el tío gay de la actriz Grace Kelly– ganó buen dinero por The show-off, en parte debido a la cesión de los derechos para cine en tres oportunidades anteriores: The show-off (Malcolm St. Clair, 1926, con Ford Sterling y Louise Brooks), Men are like that (Frank Tuttle, 1929, con Hal Skelly y Doris Hill, no estrenado en la Argentina) y The show-off (El fanfarrón, Charles F. Reisner, 1934, con Spencer Tracy y Madge Evans). Algo es seguro: uncle George jamás recibió un solo peso desde la Argentina.


   En cuanto a Barberá, su relación con el cine incluye el argumento y el guión, escritos a cuatro manos con Héctor Canziani, de Caras argentinas (Carmelo Santiago, 1938). El sitio web Wikipedia da otras fechas de nacimiento y de muerte, pero allí también se escribe que recibió el premio de Casa de las Américas por su novela Los viejos amigos (hay una con ese título, pero de Camilo José Cela) y un Konex de Platino como traductor, aunque en el historial de ambas entidades Barberá brilla por su ausencia, lo que permite dudar del resto de la información.

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