DINASTIAS
Los Scalella
La Nación de ayer incluyó una información que, de alguna manera, sorprendió a
quienes caminamos durante muchos años el barrio del cine: en su sección “Avisos
Fúnebres” registra el fallecimiento (sin fecha, esa costumbre cancelada) de
Coco Scalella, quien merecía mucho más que una solitaria participación.
Sorprendió, al menos en mi caso, pues lo suponía muerto.
Aunque la sección “Quien es quien” de la Guía
Heraldo ’78 lo ignora, el apellido Scalella ostenta una larga tradición en
el gremio cinematográfico argentino. En una entrevista periodística (Noticias,
1.2.2024) Luis Alberto Scalella cuenta que fue uno de sus abuelos el primero en
tomar contacto con el cine, aunque de manera tangencial y apenas como un modo de
ganar unos dineros extras: “Era control de cine, la persona que estaba en la
puerta con un cuenta ganado para contar la gente que entraba”.
Aquel abuelo Scalella tuvo dos hijos dedicados al cine a tiempo completo. El mayor fue Luis Scalella (Luis Saverio Fortunato Scalella), de quien Chas de Cruz, conocedor como pocos de la gente del gremio, trazó un perfil en su rica sección “Así es” del Heraldo del Cinematografista (12.5.1965): “Suplente de boletería (Cataluña y Radio City), administrador, cubriendo suplencias de boletería en el Cataluña y el Gaumont. Luego inspector de las salas Cuyo, Gaumont, [El] Nilo, Moreno y Maipú, de Avellaneda, pasando a administrar el Libertador y el Apolo. Más administraciones y suplencias hasta recalar con De Maio y Galimberti. Al adquirir un film el primero y convertirse Alberto [De Maio] en distribuidor fue magro socio (10%) Gerente administrativo, con De Maio. Con posterioridad, se asocia a J. R. Lehman, dando participación a Duilio (Coco), del cual, comercialmente, es hermano siamés. Retirado J. R., ambos manejan el negocio”. Chas se refería a Pan European Film, distribuidora establecida en 1948, de corta vida, que estrenó apenas cuatro films italianos, entre ellos nada menos que Obsesión, de Visconti, lanzado con retraso el 22.6.1949 en el Iguazú.
Con su hermano Coco Scalella (Duilio Donato Scalella) se independizaron al promediar los 50 estableciendo Ocean Film SRL, su empresa pionera, cuyo primer lanzamiento (12.4.1954, Gran Palace, Gaumont y Luxor) fue la coproducción ítalo-francesa Ana. Estrenaban films españoles e italianos y su pico de calidad fue con nada menos que el futuro clásico Livia, otro Visconti. Al comenzar los 60, la SRL devino una SA Cinematográfica ICIFA, cuyo directorio sumaba esposas y cuñados. Aquel socio inicial, Julio Ricardo Lehmann, se mantuvo en la empresa al menos hasta finales de 1957. Como la mayor parte de las distribuidoras de films en el mundo entero, la Ocean adquiría títulos “comerciales”, pero los fratelli los salpicaban con otros, cuando menos comercialmente riesgosos pero de una calidad extraordinaria: Verano violento (24.5.1960, Gran Rex, Callao, Palais Royal y Palacio del Cine), La gran guerra (19.7.1960, Gran Rex), Rocco y sus hermanos (30.3.1961, Ocean y Capitol), La viaccia –La mala calle– (11.10.1961, Ocean, Capitol, Callao, Flores y General Paz). También compraron una comedia que resultó un enorme éxito de taquillas, Il sorpasso (23.5.1963, Sarmiento, Gaumont y Capitol), cuyo lanzamiento hicieron coincidir con la presencia en Buenos Aires de su protagonista, Vittorio Gassman, representando clásicos unipersonales en el Opera asimismo con gran afluencia de espectadores.
Al finalizar los 60 los hermanos separaron sus negocios: “Coco” fue elegido para representar en el país a la Allied Artists estadounidense, y al mismo tiempo estableció empresa propia, European Films SA; años más tarde incursionó en las barrosas aguas del videohome con SP Films SRL, en sociedad con su hijo Pablo Scalella y con Daniel Pérez. Poco más adelante, Luis montó Distrifilms SA y expandió las actividades a través de Bejolú Inmobiliaria SCA, que financió Yo maté a Facundo, primera y única incursión de los Scalella seniors en el rubro Producción.
Y es en ese punto temporal (1975) en el que
se suma a la dinastía Luis Alberto
Scalella, el hijo mayor de Luis: además de socio de su padre (aunque no hay
Scalella alguno acreditado en el film) experimenta desde una vaga ayudantía de
producción, lo que estimula su futuro laboral. Además de invertir algunos
dineros en un par de films (lo que se denomina “adelanto por distribución”), “Luisito”
debuta con un film de la serie de los súpergantes, y lo hace sin acreditarse en
tanto productor: el único sello Scalella es el nombre de la compañía, Luis
Alberto Scalella Producciones. Con su amigo Carlos Luis Mentasti se asocia en
la producción de ese mega éxito titulado Atrapadas, que, por otra parte,
es el punto inicial de una sociedad comercial entre ambos que se proyectará a
futuro, tanto que Scalella terminará siendo el dueño del 100% de las acciones
de Argentina Sono Film SACI de los Mentasti.
Luis A. Scalella –así se acreditará en adelante– tendrá intervención en otras empresas: con su hermano Jorge Horacio en las distribuidoras Gativideo SA y Videoman SA y como socio de la Sono en Líder Films SA, sin olvidar sus aisladas incursiones en el teatro como productor de los espectáculos Más de 100 mentiras (2013), Los bañeros se divierten!!! (2015) y Perfectos desconocidos (2019), tal vez entre otros. Con el correr de los años tendrá categoría internacional gracias a su vinculación con la Fédération International des Associations de Producteurs du Films (FIAPF), con sede en París: “Primero fui el representante argentino, en lugar de [Héctor] Olivera; después vicepresidente para América Latina; luego vicepresidente primero para todo el mundo; y desde 2009 presidente, reelecto por quinta vez consecutiva en 2023. Yo creo que los estadounidenses no querían un presidente europeo y que los europeos no querían uno estadounidense, y elegir a un latinoamericano le dio a la Federación un significado más global” (Noticias, 1.2.2024). Otros Scalella son Florencia, a quien se le dedicó Las cosas del querer –2ª parte–, Verónica, asesora contable en Tango, y dos hijas de Jorge Horacio e Inés Reggiardo: Victoria, que hizo una aparición amistosa en un film de la familia, y Belén, actriz y cantante.
En algún momento Luisito inició una relación sentimental con la actriz Flavia Palmiero, y ese acontecimiento y sus postas ocuparon todo el espectro informativo de las “redes sociales”, en las que resulta imposible encontrar una mínima mención a su padre Luis y a su tío Coco. Pero esa parece ser la regla, lamentablemente.
Abel Magwitch
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