jueves, 15 de mayo de 2025

PERFILES

La Triple B: Botana-Bedoya-Baires

Dedicado a Alfredo Suárez,
a quien conocí y estimé en los estudios Baires en los años 70.

En el principio están el diario Crítica y su propietario, Natalio Botana (1888-1941), un uruguayo radicado desde 1913 en la Argentina que incrementó su fortuna familiar gracias al enorme éxito de ventas de su publicación, cuyo nº 1 apareció en 1915 y sobrevivió hasta mucho después de la muerte de su fundador. Botana era el director del diario y el presidente del directorio de la empresa que lo editaba, denominada Buenos Aires Poligráfica SA: tuvo socios diversos, pero sin duda el más influyente fue Eduardo Bedoya, quien tuvo la idea de fundar una compañía productora de films, nada raro teniendo en cuenta algunos ocasionales antecedentes de ambos hombres en la etapa en que el cine nativo aún era mudo.


   Así nació Baires Film, que no guardaba relación con una distribuidora homónima que dirigían Enrique Gil y J. Sánchez Rojas y que operaba en los años 20 desde su local en Lavalle 1501. Esta segunda Baires Film fue establecida hacia comienzos de 1935 en la avenida diagonal Norte Roque Sáenz Peña 832, escritorio 305 –trasladada un año más tarde a la avenida Santa Fe 1814–, y si bien en los papeles pertenecía a Botana y Bedoya en un 50% cada uno, quien ejercía la dirección era Bedoya. Fue él quien decidió que su primer film fuera una adaptación de Mateo, pieza teatral de Armando Discépolo que desde su estreno en 1923 en el teatro Nacional continuaba siendo un éxito de repertorio: aunque el film de algún modo traiciona los postulados temáticos originales de la comedia, resultó un buen éxito en las taquillas.

   Tras el resultado comercial y artístico de su film inaugural, Baires anunció que a continuación produciría otra adaptación de una pieza teatral, en este caso Sierra Chica –Vida del presidio–, de Roberto Talice y Luis Diéguez, estrenada en 1928 en el Cómico por la compañía de Luis Arata. Sin embargo, Daniel Tinayre, quien había dirigido Mateo, convenció a Bedoya, y éste a Botana, de que antes de seguir filmando en estudios alquilados (Mateo se hizo en los de Lumiton con sus técnicos estables) sería mejor levantar los propios. Botana puso a disposición del proyecto una gran porción de su vasta propiedad en Don Torcuato, en la zona Norte de la provincia de Buenos Aires, predio cuyo principal atractivo era la quinta Los Granados, que el magnate se había regalado para su mayor gloria en terrenos que le compró al ex Presidente Marcelo Torcuato de Alvear, con cuyo segundo nombre fue bautizada esa localidad. Así, Tinayre hizo un boceto gracias a sus inconclusos estudios juveniles de Arquitectura y a su pasado como asistente todo-terreno en los Studios des Reservoirs, en Joinville-le-Pont, donde a comienzos de los 30 se rodaban producciones de la Paramount habladas en varios idiomas excepto el inglés. Luego, los arquitectos diseñaron aquellos bocetos, mientras desde Hollywood (o desde París: las fuentes no coinciden) fueron importados los equipos de filmación más modernos de los que se podía disponer. Su dirección inicial era la esquina de Ituzaingó y la avenida General Pacheco.


   Mientras los obreros trabajaron durante poco más de dos años, Baires Film devino una Sociedad de Responsabilidad Limitada y poco antes de la inauguración de sus estudios, en 1941, formalizó un convenio con una distribuidora activa desde 1938, la Compañía Cinematográfica Almar, cuyo titular original era Haroldo Resasco, luego adquirida por Alberto Martín y convertida en la Cinematografía Almar SRL: así nació la Baires-Almar SRL, integrada por Bedoya, Joaquín Lautaret, Pablo Cavallo y César Aboaf, que durante su corta vida sólo distribuyó un film ajeno a Baires: el convenio no incluía films extranjeros, que continuó presentando Almar.

“Los sets son escalofriantes porque son reales y no son reales.
Lucen reales, pero imitan la realidad.
Igual que los sueños, son una imitación de la realidad”.
De los diálogos del 6º episodio de la
miniserie televisiva francesa Irma Vep (Olivier Assayas, 2021).

   En su origen, los estudios de Don Torcuato ocupaban 40.000 m² y la construcción cubría 8.000 m²; contienen dos galerías de 1.200 m² por 15 metros de altura cada uno y los laboratorios de sonido y montaje que más adelante fueron afectados a una galería de rodaje más pequeña, laboratorios que tuvieron vida efímera y para cuya jefatura había sido contratado Alberto Biasotti, quizá la persona indicada por sus antecedentes en el cine mudo y en el mismo rol en Lumiton. Además, contaba con una enorme piscina y en su conjunto destacaban de sus competidores por la solidez de las instalaciones que lo complementaban (oficinas administrativas, depósitos de utilería, carpintería, un bar-comedor) así como por la belleza de sus jardines, de su entrada principal y del arbolado backlot.


   “Un estudio se transforma en un monstruo difícil de mantener. A mí siempre me ha gustado trabajar en decorados construidos, en la intimidad del set, pero el alto costo que insume levantar cada planta escenográfica nos pone en la situación de recurrir a decorados naturales, los que en ocasiones posibilitan una mayor movilidad de acción, un permanente descubrimiento de ángulos y lugares”, recordaba Fernando Ayala hacia 1986, y agregaba: “Héctor [Olivera] prácticamente empezó su carrera en Baires, y yo quise mucho esos estudios desde que era ayudante hasta que empecé a dirigir. Tengo recuerdos muy agradables. Los de Argentina Sono Film, en Martínez, o los de San Miguel, en Bella Vista, eran más grandes, tenían mayor cantidad de galerías, pero los de Baires tienen algo de valor inapreciable: el parque, esos jardines donde uno puede salir a descansar de una filmación complicada, tirarse en el césped, caminar entre sus árboles sin toparse permanentemente con las moles de cemento como las de las galerías de Sono o San Miguel”.

   Precedido por un almuerzo ofrecido al periodismo, el lunes 28.4.1941 comenzó la filmación de la primera producción de la nueva etapa de la empresa. Ultimo refugio era versión de Le locataire, novela de Simenon, dato este que hoy se sigue ignorando como se lo ignoró en aquellos días: es que su guionista, el francés Jacques Constant, llegado un año antes a la Argentina en calidad de exiliado, se lo vendió a Bedoya como propio, ocultando, vaya a saberse por qué, el verdadero origen literario; Constant comenzó a dirigirlo, pero su ineptitud resultó flagrante y, tras unos días en los que se hizo cargo Tinayre, quien lo terminó y lo firmó fue otro extranjero, John Reinhardt, que estaba de paseo por Buenos Aires. Resultó un sombrío melodrama policial de excelente factura técnica pero un tanto pesado en los retóricos diálogos de Pedro E. Pico.


   Le siguieron, uno detrás del otro, La Hora de las Sorpresas, comedia brillante que dirigió Tinayre a partir de un argumento original de autores estadounidenses y lo más parecido que el cine argentino clásico produjo en relación a un musical estadounidense. Una novia en apuros, que deriva de una pieza teatral de comediógrafos húngaros, fue dirigido por Reinhardt, pero no se han conservado copias. Vidas marcadas, otro drama policial que Tinayre realizó a partir del argumento que su amigo Arturo Mom había escrito (y dirigido) apenas ocho años antes con el título Monte Criollo, remake que a pesar de sus virtudes no logró opacar el recuerdo del film original. Concierto de almas, que dirigió Alberto de Zavalía, es un efectivo drama romántico escrito por Alejandro Casona y cuyo personaje masculino es un refugiado de la Guerra Civil española. Y, en fin, Ceniza al viento, tributo institucional de Bedoya a Botana y a Crítica, un atractivo y multiestelar aunque desparejo film en episodios de autores diversos cuyo epicentro es la redacción de un diario.

   Esos seis films fueron realizados por el mismo equipo: el director de fotografía Paul Perry, un estadounidense veterano del cine mudo anclado en Buenos Aires desde al menos 1937 y que intervino sólo en los cuatro primeros; el escenógrafo Gregorio López Naguil; los sonidistas Raúl Orzábal Quintana y Luis Ortiz de Guinea y el compaginador Kurt Land, así como el asistente de producción Antonio Lanfranco y el de dirección Luis García del Soto. Frente a la cámara, los actores más populares y/o prestigiosos de aquellos días: Delia Garcés, Mecha Ortiz, Tita Merello, Pedro López Lagar, Jorge Rigaud, Rosita Moreno, Alicia Barrié, Irma Córdoba, Esteban Serrador, Pedro Quartucci, Olinda Bozán, María Duval y hasta Berta Singerman, en su único film argentino sonoro.


   Interin, falleció Botana como consecuencia de un accidente de automóvil, accidente que algunos consideraron cuando menos sospechoso: ocurrió el 7.8.1941, esto es, en pleno rodaje de La Hora de las Sorpresas, y no deja de sorprender la coincidencia de que el día siguiente, 8.8.1941, fuera lanzado en Buenos Aires Citizen Kane (El ciudadano, Orson Welles, EEUU, 1941), famosamente una biografía encubierta del magnate periodístico William Randolph Hearst (1863-1951), con quien Botana guardaba similitudes obvias, incluyendo sus fastuosas mansiones (San Simeón Ranch/Los Granados) y sus compañías filmadoras (Cosmopolitan Productions/Baires). Tras Ceniza al viento, sus herederos entraron en colisión con Bedoya y eso determinó la cancelación no sólo de los proyectos previstos sino la disolución de la compañía productora, de la compañía distribuidora y de los laboratorios. Los estudios de Don Torcuato, en cambio, permanecieron activos y se alquilaban a productores variados. Entre los proyectos de Baires Film no concretados figuraban “El suicida se porta bien” (Constant), con Esteban Serrador, sobre un argumento original de Conrado Nalé Roxlo filmado años después con el título Historia de una carta con Angel Magaña en el protagónico; “Romance del 900” (Saslavsky), con Delia Garcés y Esteban Serrador sobre argumento de Antonio Botta; “Viviana” (Tinayre), argumento de Constant previsto para Mecha Ortiz y Jorge Rigaud; “Mamá Culepina” (Mom, luego Zavalía), versión de la pieza clásica de Enrique García Velloso; “Los duendes de Belgrano” (Reinhardt), argumento de Nalé Roxlo; “Contrabando” (Saslavsky), argumento de Mom y Miguel Mileo, con Pedro López Lagar y Mecha Ortiz; y “Mujeres casadas” (Saslavsky), libro de Casona, con Delia Garcés y Mecha Ortiz.

   Entre 1942 y 1949, cuando finalizó la intervención judicial del doctor José María Cantilo, los estudios fueron, como ya se apuntó, alquilados, en especial a Estudios San Miguel y Sur además de a productores independientes y hasta a Argentina Sono Film, en los meses siguientes al incendio de los suyos de Martínez. Pero la mayor parte de los films rodados en Don Torcuato eran producciones de AAA, cuyos titulares originales filmaban en los de San Miguel hasta la ruptura de la sociedad con Miguel Machinandiarena. Hacia finales de los 40, ya superados sus problemas con la justicia, Bedoya se incorporó a AAA, cuyos fundadores (Enrique Muiño, Francisco Petrone, Elías Alippi, Angel Magaña, Lucas Demare y Enrique Faustín) se habían ido retirando de manera gradual: Bedoya fue elegido presidente interino –hasta que el directorio de accionistas de la reconvertida en SA Cinematográfica designó a Juan Carlos Baños– y luego fue el director general de producción. Así, durante diez años (1946-1956), los estudios fueron ocupados por producciones de AAA, con sólo tres excepciones de las que se da cuenta en la correspondiente filmografía.

   Luego hubo una impasse de casi dos años, que coincide con el tiempo de la mayor crisis que atravesó la industria tras la caída del peronismo. Cancelada la producción de AAA –que continuó operando pero sólo en tanto distribuidora–, Baires retomó su actividad en 1958 con El jefe, producción inicial de Aries, empresa no por casualidad dirigida por Fernando Ayala y Héctor Olivera, de antiguo vinculados a Baires, aquel como asistente de Demicheli en algunos films y Olivera como asistente de producción en casi toda la producción de AAA y específicamente en la unidad Bedoya: AAA operaba otra unidad de producción que filmaba en los estudios Mapol y que respondía a José Huberman, que era uno de los dos directores de AAA en esos años. En esta nueva etapa que duró hasta la muerte de Bedoya en 1969, los estudios fueron alquilados a Aries y a la empresa Internacional, de la que Bedoya era socio, pero también a numerosos productores independientes, incluyendo un par de extranjeros.

   En 1968, Bedoya formalizó un convenio con Fortibrazzi SA, cuyos socios eran los italianos Gilberto Forti Glori y el popular actor Rossano Brazzi, empresa que instaló oficinas en Florida 360 y arrendó los estudios por cinco años, anunciando el rodaje de varias coproducciones con Italia (entre ellas un western con Marlon Brando) pero terminó disolviéndose sin producir nada. En 1971, ya fallecido Bedoya, se hicieron cargo su viuda y su sobrino, Luis Osvaldo Repetto: éste, a su vez, ingresó –a partir de La Gran Ruta– como socio de Aries, empresa que filmó en Baires toda su siguiente producción. A mediados de 1977, los estudios cambiaron su denominación legal a Baires Films SA, siendo sus titulares Clorinda “Cloris” Anguillesi y Repetto (50%) y Ayala y Olivera, que adquirieron el otro 50% a la sucesión de Natalio Botana: el respectivo contrato fue firmado el 11.5.1977 (“exactamente a la misma hora en que enterraban los restos de Mario Soffici”, según precisó Olivera) y el primer film rodado bajo la nueva estructura societaria fue El gordo catástrofe. Aunque más joven, Repetto era asimismo un histórico de Baires, que frecuentaba desde niño correteando por sus instalaciones con Jorge Paracca, hijo de Julio, que fue jefe de los estudios en la etapa de AAA; más aún, Jorge devendrá él mismo jefe de Baires tras la muerte de su padre y hasta detentará en los altos de la administración una especie de “bulín” en el que vivía durante la semana. En todos esos años Repetto tuvo una caballeriza en un rincón del backstage. “En aquella época –recordó Luis Osvaldo a una cronista de Clarín (13.10.1988)– me encantaba estar en medio de una filmación, los enormes decorados, que podían representar un tren o una ciudad colonial como en El grito sagrado me daban espacio a mi imaginación y también a entorpecer el trabajo de los demás. Algunos me recuerdan como un chico muy inquieto que metía sus narices en todas partes”.

Sus últimos dueños: Luis Osvaldo Repetto,
Héctor Olivera, Fernando Ayala y Alejandro Sessa

   Si el decenio 1946-1956 fue, como se apuntó, el de mayor actividad de los estudios hasta entonces, los veinte años de Aries (1971-1991) arrojaron un centenar de films allí filmados, la mayor parte de Aries pero también de otros productores, como Héctor Báilez para su Cinematográfica Victoria. La actividad era incesante, en ocasiones con dos y hasta tres largometrajes en rodaje al mismo tiempo. En 1992, a Ayala, Olivera y Repetto se les tornó financieramente inviable mantenerlos: los tiempos estaban cambiando con celeridad, el video primero y los sistemas digitales poco después iban reemplazando a la película de 35mm y, además, el rodaje en estudios en la práctica había caducado, ya que se imponía la filmación en localizaciones. Así, en mayo 1992 los estudios fueron vendidos al peruano José Enrique Crousillat, titular de la empresa televisiva Crustel SA, que los adecuó a los requerimientos técnicos del rodaje en video de programas televisivos. A su vez, Crousillat los vendió más adelante, ya entrado el siglo XXI, a un consorcio televisivo integrado por Pol-ka Producciones SA (95%) y Arte Radiotelevisivo Argentino SA (5%), ambas proveedoras de programas para el Canal 13 porteño.

   Cualquier mención a Baires Film está indisolublemente ligada al nombre de su fundador, Eduardo Bedoya (Eduardo Toribio Bedoya; Buenos Aires, 1903 / 27.2.1969). De empleado en la empresa editora de Crítica pasó a ser su administrador, luego su subdirector y miembro del directorio. Se sabe que Botana lo tenía en alta estima, al punto de permitirle incursionar en la producción cinematográfica en los años en que el cine argentino todavía era mudo. Por eso, quizá, se dejó convencer de fundar una productora propia primero y estudios de rodaje más tarde.

   La exitosa carrera de Bedoya en la industria reconoce una breve etapa “negra”, inmediata al cese de producción de Baires. El semanario Cine (nº 69, del 26.5.1945) informa lo siguiente:

   “Por la secretaría Jantus, el juez de instrucción, Dr. Bianchi, dictó resolución en el sumario a que dio origen la denuncia de irregularidades habidas en la administración de las sociedades Baires Film y Buenos Aires Poligráfica, y por las cuales fueron sometidos a proceso Eduardo Toribio Bedoya, Horacio Maldonado, Carlos Lastreto, Guillermo Dowbley, Ramón Troncoso y Pedro Scapusio.

   ”En extensos considerandos el magistrado analiza los elementos de juicio reunidos por la amplia investigación que ha realizado, y estima que los mismos permiten considerar a Bedoya responsable de los siguientes hechos: apropiación indebida de acciones de las mencionadas sociedades, de útiles pertenecientes al diario El Sol, de una suma girada al diario Crítica, de fondos producto de la película Mateo, de diversos documentos por valor de 238.535 pesos, y de la retención indebida de la cuota social de la Baires Films, así como también de otras irregularidades en el manejo de fondos de las nombradas empresas. Por todo ello, el Dr. Bianchi decretó la prisión preventiva de Eduardo Toribio Bedoya.

   ”Al considerar la situación de los demás procesados, el magistrado estima que contra ellos no existen pruebas suficientes de su participación en los hechos investigados, por lo que sobreseyó a favor de los mismos. En cuanto a la acusación de balances falsos, el Dr. Bianchi se declara incompetente para entender en la misma y dispuso, en consecuencia, pasar las actuaciones respectivas a la justicia bonaerense”. [El mencionado Jantus, dicho sea de paso, era Miguel L. Jantus, luego juez federal en lo Criminal y Correccional y padre de Jorge Jantus, que rodó en Baires su único film en tanto director, Inspiración].

   Bedoya purgó cárcel en Devoto por menos de un año y fue liberado en diciembre 1943, pero durante los tres siguientes años su nombre desapareció de las crónicas referidas a la actividad artística hasta que en su edición del 14.7.1948 el Heraldo del Cinematografista informó en su sección Noticioso que: “Señalando que el proceso en nada afecta su buen nombre y honor, Eduardo T. Bedoya, de Baires Film, fue definitivamente sobreseído de los cargos que determinaron su detención y que la justicia rechaza totalmente”. Al margen de la Justicia, nadie en el gremio tomó en serio las acusaciones, puesto que Bedoya no sólo era un hombre de bien sino que gozaba del respeto de sus colegas: luego se supo que la instigadora de las acusaciones fue Salvadora Medina Onrrubia, la viuda de Botana, mujer de fuerte carácter y escasas inhibiciones que sólo quería quedarse con el 100% del paquete accionario del diario y del estudio; por otra parte, el tiempo demostró que Bedoya no fue un multimillonario, al punto de que su viuda pasó a vivir en un departamento que era propiedad de Fernando Ayala.

Bedoya, de visita en lo de Chaplin

   Tras lo cual sobreviene otra etapa de silencio hasta su ingreso a AAA, hacia mediados de 1949, etapa de algún modo reivindicatoria puesto que, aparte la cuestión judicial, determina que los estudios quedarían bajo su dirección en desmedro de los herederos de Botana, quienes, no obstante, continuaban detentando el 50% de las acciones. El período Bedoya dentro de la nueva estructura societaria de AAA comenzó con Cinco grandes y una chica y finalizó con Una viuda difícil, esto es, de 1949 a 1956. A pesar de que el personal de filmación estaba contratado por AAA, es innegable que ese cuerpo de producción lleva el sello Bedoya, ya que era él quien seleccionaba a los artistas y técnicos que intervenían en cada film y que, en verdad, conformaron un equipo de una creatividad y excelencia formales destacables: el director de fotografía Francis Boeniger y los escenógrafos Germen Gelpi y Mario Vanarelli fueron los principales artífices del costado visual de esos films, aquel mediante las sombras estratégicamente ubicadas, potenciadas por la película en blanco y negro, los otros con su agudo sentido del realismo (Dock Sud es un ejemplo perfecto), virtudes que otorgaban una marca de fábrica que el espectador reconocía aun ignorando el nombre de la empresa. Bedoya alentaba un cine popular, con actores atractivos como Tita Merello, Los Cinco Grandes del Buen Humor, Mariano Mores, Zully Moreno, Mirtha Legrand, Pepe Arias, Mario Fortuna y un largo etcétera que incluía a un puñado de actores que, aún en personajes secundarios, ayudaban a que su producción ostentara una gran solidez industrial y un aire de familia intransferibles.

   Los años de Bedoya al frente de la producción de AAA coincidieron con el apogeo de las dos primeras presidencias de Juan Domingo Perón, lo cual significa que la empresa fue una de las bendecidas por el subsecretario de Prensa y Difusión, Raúl Apold, en la práctica el dueño de la industria, bendición traducida en los generosos créditos que digitaba desde el Banco Industrial de la República Argentina que dependía del Ministerio de Finanzas de la Nación, favores que debían ser debidamente agradecidos contratando directores y actores favoritos del gobierno (casi todos, en rigor de verdad) e introduciendo propaganda subliminal acerca de las bondades oficiales de la cual Mercado de Abasto es un ejemplo más que elocuente. Por ello sorprende que en 1956 AAA produjera Después del silencio, libelo antiperonista hecho en caliente tras el derrocamiento de Perón por los militares de la autodenominada Revolución Libertadora, tanto más grosero por cuanto fue realizado por tres profesionales (Bedoya, Demare y el guionista Sixto Pondal Ríos) que gozaron de todos los favores oficiales posibles.

   Tras la cancelación de las producciones de AAA, Bedoya atravesó otro período de silencio del que emergió hacia comienzos de 1958, cuando estuvo involucrado en un proyecto empresarial a gran escala del que el Heraldo del Cinematografista informó en sus ediciones del 22.1 y 12.3, dando cuenta de la constitución de una “poderosa organización distribuidora” con el acento puesto en la venta al exterior, en la que estarían asociados Mario Soffici, Lucas Demare, Hugo del Carril, Daniel Tinayre, Luis César Amadori y Julio Korn (Cinematográfica Cinco SRL), Juan D’Angelo y Joaquín Franco (Cinematográfica D’An-Fran SRL), Enrique Faustín y Bedoya: la nueva empresa se denominaría Productores Independientes SA, pero jamás llegó siquiera a su conformación legal.

   Sin embargo, Bedoya tuvo su canto de cisne a gran nivel al fundar, con Celestino Anzuola, Genaro Véspoli, Carlos Rinaldi y Alfredo Muruzeta, la Internacional Productora y Coproductora de Películas Argentinas SRL, brazo productor de la distribuidora Internacional Films SA (Muruzeta, Anzuola y Véspoli), que operaba desde hacía varios años. Para Internacional, Bedoya y Anzuola produjeron tres films, entre ellos He nacido en Buenos Aires, que resultó uno de los más grandes éxitos en toda la historia del cine nativo hasta ese momento, con 17 semanas consecutivas en el Normandie. A pesar de lo cual la empresa sólo produjo un cuarto film, Tú y yo somos tres (Rafael Gil, 1961-1962), coproducción de mayoría española en la que Bedoya no tuvo intervención personal.

   Su última aventura fue Producciones Integrales SRL, dedicada a cortos comerciales y stands publicitarios, que produjo su único intento (conocido, al menos) en relación a la dirección concreta de un film, el corto documental Rally de Buenos Aires (1966), del que no se han conservado copias. En lo personal, Bedoya tuvo un hermano, Juan Carlos, que registra un conato de acercamiento al cine cuando en agosto 1937 integró una compañía productora en formación, que iba a ser denominada Delta Films y cuyos otros socios eran el músico Isidro Maiztegui, el artista plástico Antonio Berni, el escritor Enrique Amorim, el fotógrafo Horacio Coppola y, entre otros, el financista Enrique Repetto (padre de Luis Osvaldo), empresa que no llegó a funcionar pero cuyo primer film hubiera sido un argumento de Amorim titulado “Mujeres con dueño”.

     Bedoya integra, por derecho de talento y de trabajo, el cuadro de honor de los productores más importantes de la historia del cine argentino. El rol del productor en la manufactura de cualquier film no ha sido una tradición perdurable en la industria aborigen, al menos en su período clásico: no es lo mismo el dueño de la compañía productora que un productor especializado, que debe saber congeniar el asunto a filmar con el director, los guionistas, los técnicos y los actores indicados. En los momentos actuales, cuando todo film ofrece un pequeño ejército de productores, coproductores, productores ejecutivos, coproductores ejecutivos y productores asociados que en su mayor parte son los dueños de las treinta compañías que producen ese film o bien lo “presentan”, y que para ello acuden a una docena de institutos estatales o privados que los proveen de subsidios y ayudas diversas, parece atinado rescatar el aporte de aquellos solitarios productores que con el respaldo de una empresa se las ingeniaban para lograr un producto atractivo que conformaba al público al que iba dirigido y además ¡era estrenado en los cines, en muchos cines!

   Al mismo nivel de Bedoya destacan, según la época y sin duda alguna, Atilio Mentasti, Enrique Faustín, Nicolás Carreras, Héctor Olivera y Lita Stantic, seguidos muy de cerca por Manuel Peña Rodríguez, Daniel Tinayre, Manuel M. Alba, Carlos Gallart, Leopoldo Torre Nilsson, Néstor R. Gaffet, Emilio Spitz, Marcelo Simonetti, Germán Szulem, Carlos García Nacson, Juan Antonio Muruzeta, Horacio Mentasti, Luis Osvaldo Repetto y Carlos Luis Mentasti, eliminando del recuento –acaso por piedad– a los profesionales del nuevo siglo. Con films serie A o con producciones baratas y populares, produciendo para su propia empresa o bajo contrato, todos ellos han conformado el imaginario visual del cine nacional del siglo XX.

FILMOGRAFIAS

Eduardo Bedoya:

[Abreviaturas: D: director; DP: director de producción; G: guionista; P: productor; PE: productor ejecutivo]

PE para Cinematografía Valle: El drama del collar (Arturo Mom y José Bustamante y Ballivián, 1930) / PE para Productora Cinematográfica Sur: La vía de oro (Edmo E. Cominetti, 1931) / P para Baires Film: Mateo (Tinayre, 1936-1937) / P para Baires Film SRL: Ultimo refugio (Reinhardt, 1941), La hora de las sorpresas (Tinayre, 1941), Una novia en apuros (Reinhardt, 1941), Vidas marcadas (Tinayre, 1941-1942), Concierto de almas (Zavalía, 1942) y Ceniza al viento (Saslavsky, 1942) / P para Artistas Argentinos Asociados SA Cinematográfica: Cinco grandes y una chica (Vatteone, 1949: EB no figura acreditado) y Arrabalera (Demicheli, 1949-1950) / DP para AAA: Esposa último modelo (Schlieper, 1950), Romance en tres noches (Arancibia, 1950), Vivir un instante (Demicheli, 1950), Fantasmas asustados (Rinaldi, 1951), El pendiente (Klimovsky, 1951), Pasó en mi barrio (Soffici, 1951), Mi mujer está loca (Schlieper – Cahen Salaberry, 1951) y La patrulla chiflada (Rinaldi, 1951-1952) / P para AAA: La voz de mi ciudad (Demicheli, 1952), Ellos nos hicieron así (Soffici, 1952), Dock Sud (Demicheli, 1952-1953), Del otro lado del puente (Rinaldi, 1953), El grito sagrado (Amadori, 1953), Desalmados en pena (Fleider, 1953), Mujeres casadas (Soffici, 1953), Un hombre cualquiera (Rinaldi, 1953-1954), El calavera (Borcosque, 1954: EB no figura en los créditos, sin duda por un olvido involuntario), Mercado de Abasto (Demare, 1954), El hombre que debía una muerte (Soffici, 1954), El amor nunca muere (Amadori, 1955), La Morocha (Pappier, 1955), Sangre y acero (Demare, 1955), La pícara soñadora (Arancibia, 1955-1956) y Después del silencio (Demare, 1956) / P con Celestino Anzuola para Internacional Productora y Coproductora de Películas Argentinas SRL: Yo quiero vivir contigo (Rinaldi, 1959), He nacido en Buenos Aires (Mugica, 1959) y Mi Buenos Aires querido (Mugica, 1960) / P, D y G para Producciones Integrales SRL: Rally de la República Argentina (1966, corto).

Mateo: Enrique Santos Discépolo y Luis Arata

Films producidos por Baires Film: Mateo (Daniel Tinayre, 1936-1937). Films producidos por Baires Film SRL: Ultimo refugio (John Reinhardt, 1941), La Hora de las Sorpresas (Tinayre, 1941), Una novia en apuros (Reinhardt, 1941), Vidas marcadas (Tinayre, 1941-1942), Concierto de almas (Alberto de Zavalía, 1942), Ceniza al viento (Luis Saslavsky, 1942). Films producidos por Baires Films SA: en coproducción con Aries Cinematográfica Argentina SA y Fernando Ayala y Héctor Olivera SACIFIARM, La nona (Héctor Olivera, 1978) y en coproducción con Aries y Microfón Argentina SA, Los éxitos del amor (Fernando Siro, 1978-1979), La carpa del amor (Julio Porter, 1979), La playa del amor (Adolfo Aristarain, 1979), La discoteca del amor (Aristarain, 1980) y Las vacaciones del amor (Siro, 1980).

Films total o parcialmente rodados en los estudios de Don Torcuato, en algunos casos sin que el dato figure en los títulos de crédito: Ultimo refugio, La Hora de las Sorpresas, Una novia en apuros, Vidas marcadas, Concierto de almas, Ceniza al viento, Tres hombres del río (Estudios San Miguel; Mario Soffici, 1942-1943), Cuando la primavera se equivoca (ESM; Soffici, 1943), Centauros del pasado (Borsa Films; Belisario García Villar, 1943), El fin de la noche (ESM; Zavalía, 1943), El juego del amor y del azar (Cinematografía Julio Joly; Leopoldo Torres Ríos, 1943), Pacha-Mama (Sociedad de Estudio y Realización Cinematográfica; Roberto de Ribón, 1943-1944), El muerto falta a la cita (Artistas Argentinos Asociados SRL; Pierre Chenal, 1944), 24 horas de la vida de una mujer (Argentina Sono Film SACI; Carlos Borcosque, 1944), María Celeste (ASF; Julio Saraceni, 1944), La pródiga (ESM; Soffici, 1945), El tercer huésped (Sur Cinematográfica Argentina; Eduardo Boneo, 1945), Inspiración (Sur; Jorge Jantus, 1946), Mirad los lirios del campo (Sur; Ernesto Arancibia, 1946), Nunca te diré adiós… (Artistas Argentinos Asociados SA Cinematográfica; Lucas Demare, 1946), Como tú lo soñaste (AAA; Demare, 1946-1947), La caraba (Emelco SAIC; Saraceni, 1947), Por ellos… todo (AAA; Carlos Schlieper, 1947-1948), La calle grita (AAA; Demare, 1948), La cuna vacía (AAA; Carlos Rinaldi, 1948-1949), De padre desconocido (AAA; Zavalía, 1948-1949), La campana nueva (AAA; Moglia Barth, 1948-1949), De hombre a hombre (AAA; Hugo Fregonese, 1949), Edición extra (AAA; Moglia Barth, 1949), Cinco grandes y una chica (AAA – Productores Independientes Argentinos; Augusto César Vatteone, 1949), Arrabalera (AAA; Tulio Demicheli, 1949-1950), Esposa último modelo (AAA; Schlieper, 1950), Romance en tres noches (AAA; Arancibia, 1950), Vivir un instante (AAA; Demicheli, 1950), El heroico Bonifacio (Distribuidora Independiente Argentina – Producciones Cruz del Sud SRL; Enrique Cahen Salaberry, 1950-1951), Fantasmas asustados (AAA; Rinaldi, 1951), El pendiente (AAA; León Klimovsky, 1951), Pasó en mi barrio (AAA, Soffici, 1951), Mi mujer está loca (AAA; Schlieper – Cahen Salaberry, 1951), La patrulla chiflada (AAA; Rinaldi, 1951-1952), La voz de mi ciudad (AAA; Demicheli, 1952), Ellos nos hicieron así (AAA; Soffici, 1952), Dock Sud (AAA; Demicheli, 1952-1953), Del otro lado del puente (AAA; Rinaldi, 1953), El grito sagrado (AAA; Luis César Amadori, 1953), Desalmados en pena (AAA; Leo Fleider, 1953), Mujeres casadas (AAA; Soffici, 1953), Un hombre cualquiera (AAA; Rinaldi, 1953-1954), El calavera (AAA; Borcosque, 1954), Mercado de Abasto (AAA; Demare, 1954), El hombre que debía una muerte (AAA; Soffici, 1954), El amor nunca muere (AAA; Amadori, 1955; también filmado en los jardines del estudio), La Morocha (AAA; Ralph Pappier, 1955), Sangre y acero (AAA; Demare, 1955), La pícara soñadora (AAA; Arancibia, 1955-1956), Después del silencio (AAA; Demare, 1956), Una viuda difícil (AAA; Fernando Ayala, 1956), El jefe (Aries Cinematográfica Argentina SRL; Ayala, 1958), Yo quiero vivir contigo / Ich möchte mit dir leben (Internacional Productora y Coproductora de Películas Argentinas SRL / Transocean International Film-und Fernseh GmbH –Berlín–; Rinaldi, 1959), He nacido en Buenos Aires (Internacional; Francisco Mugica, 1959), La procesión (Producciones Cinematográficas Indoamericanas; Francis Lauric, 1959), Sábado a la noche, cine (Aries; Ayala, 1960), Mi Buenos Aires querido / Mi Buenos Aires querido (Internacional / Lais SA –Madrid– y Carabela Films –Madrid–; Mugica, 1960), No exit (Aries; Tad Danielewski, 1961), Huis clos –A puerta cerrada– (Aries; Pedro Escudero, 1961), Taras Bulba (idem; Harold Hecht Productions –Hollywood–; J. Lee-Thompson, 1961-1962), Bettina (Producciones Cinematográficas Angélica María Ferreira; Rubén W. Cavallotti, 1962), Pesadilla (Charlo Producciones; Diego Santillán, 1962), Lucía (World Wide Pictures Inc. –Hollywood–; Dick Ross, 1963), Paula cautiva (Aries; Ayala, 1963), Primero yo (Aries – AAA; Ayala, 1963), Viaje de una noche de verano (Cruz del Sur Producciones Cinematográficas SRL; Cavallotti – Rinaldi – Ayala – Rodolfo Kuhn – René Mugica – José A. Martínez Suárez, 1964-1965), Con gusto a rabia (Aries – AAA; Ayala, 1964; también filmado en las oficinas administrativas), Las locas del conventillo –María y la otra– / María y la otra (Aries / Producciones Benito Perojo SA –Madrid–, 1965), ¡Flor de piolas!.. (Cruz del Sur; Cavallotti, 1967), Kuma-Ching (Producciones Argentinas de Televisión SACI; Tinayre, 1968), Un gaucho con plata (Glori-Art SACIAFI; Angel Acciaresi, 1969), Este loco verano (Top Level SRL; Fred Carneano [Fernando Arce], 1969), Pimienta y Pimentón (Cinematográfica Victoria SRL; Rinaldi, 1969-1970), Simplemente María (Productoras Unidas Buenos Aires SRL; Enzo Bellomo, 1970), La Gran Ruta (Aries; Ayala, 1971; filmado además en la entrada a los estudios y en sus dependencias), Juan Manuel de Rosas (Productora Argentina de Películas SCA; Manuel Antín, 1971), Argentinísima (Aries; Ayala – Héctor Olivera, 1971-1972), La bastarda (Cinetelmex Internacional SRL; Emilio Gómez Muriel, 1972, también filmado en el bar), El profesor tirabombas (Aries; Ayala, 1972), Argentinísima 2 (Aries; Ayala – Olivera, 1972-1973), Las venganzas de Beto Sánchez (Aries; Olivera, 1972; filmado además en sus instalaciones), Hasta que se ponga el sol (Aries; Aníbal E. Uset, 1972-1973), Los caballeros de la cama redonda (Aries; Gerardo Sofovich, 1973), Luces de mis zapatos (A la Buena Película SRL; Luis Puenzo, 1973), Los doctores las prefieren desnudas (Aries; Gerardo Sofovich, 1973), Los vampiros los prefieren gorditos (Aries; Gerardo Sofovich, 1973-1974; también filmado en sus instalaciones), La Patagonia rebelde (Aries; Olivera, 1974), Hay que romper la rutina (Aries; Cahen Salaberry, 1974), Triángulo de cuatro (Aries; Ayala, 1974), Mi novia el… (Aries; Cahen Salaberry, 1974-1975; asimismo filmado en el bar), Buenos Aires Music Hall (Aries – Productores y Directores Asociados SRL; Brian Welsh – Néstor Paternostro; film de rodaje inconcluso), Maridos en vacaciones (Aries; Cahen Salaberry, 1975), El muerto / Cacique Bandeira (Aries / Impala SA –Madrid–; Olivera, 1975), El gordo de América (Aries; Cahen Salaberry, 1975), Los hombres piensan sólo en eso / Los hombres piensan sólo en eso (Aries / Cines Unidos SA –Caracas–; Cahen Salaberry, 1976), El canto cuenta su historia (Aries; Ayala – Olivera, 1976), Jacinta Pichimahuida se enamora (Aries; Cahen Salaberry, 1976; también en las oficinas administrativas, los jardines, el bar, el back lot, al costado del depósito de utilería y hasta en las calles vecinas), Basta de mujeres (Aries; Hugo Moser, 1976; también en el bar y los jardines), El soltero (Primer Plano Producciones SRL; Carlos F. Borcosque, 1976), Las turistas quieren guerra (Aries; Cahen Salaberry, 1977), El gordo catástrofe (Aries; Moser, 1977; también en diversas instalaciones), Los médicos (Aries; Ayala, 1977; más sus instalaciones), Fotógrafo de señoras (Aries; Moser, 1978; también en el bar y los jardines), ¡Yo también tengo fiaca! (Victoria; Cahen Salaberry, 1978), Mi mujer no es mi señora / Mi marido no funciona (Aries / Constan Films SA –Madrid–; Moser, 1978; más la piscina y los jardines), Encuentros muy cercanos con señoras de cualquier tipo (Aries; Moser, 1978), La nona (Aries – Baires – Fernando Ayala y Héctor Olivera SACIFIARM; Olivera, 1978), Los éxitos del amor (Aries – Baires – Microfón Argentina SA; Fernando Siro, 1978-1979), Custodio de señoras (Aries; Hugo Sofovich, 1979), No apto para menores (Latinoamericana Producciones SRL; Rinaldi, 1979), Donde duermen dos… duermen tres (Victoria; Cahen Salaberry, 1979), Expertos en pinchazos (Aries; Hugo Sofovich, 1979), La carpa del amor (Aries – Baires – Microfón; Julio Porter, 1979), Los drogadictos (Victoria; Enrique Carreras, 1979), El rey de los exhortos (Aries; Hugo Sofovich, 1979), Desde el abismo (Aries; Ayala, 1979), Así no hay cama que aguante (Aries; Hugo Sofovich, 1979), La noche viene movida (Todo Show SRL; Gerardo Sofovich, 1979), Frutilla (Victoria; Carreras, 1979), Comandos azules (Producciones Palmar; Emilio Vieyra, 1979), La playa del amor (Aries – Baires – Microfón; Adolfo Aristarain, 1979), El Diablo metió la pata (Latinoamericana; Rinaldi, 1979; más los jardines), ¡Gran Valor! (Victoria; Cahen Salaberry, 1980; más algunas instalaciones), A los cirujanos se les va la mano (Aries; Hugo Sofovich, 1980), Días de ilusión (Aries; Ayala, 1980), La discoteca del amor (Aries – Baires – Microfón; Aristarain, 1980), Departamento compartido (Aries; Hugo Sofovich, 1980), Los viernes de la eternidad (Aries; Olivera, 1980), Te rompo el rating (Aries; Hugo Sofovich, 1980; más sus instalaciones), Las vacaciones del amor (Aries – Baires – Microfón; Siro, 1980; más algunas instalaciones), Los crápulas (Cinematográfica Internacional Latino-Americana SA; Jorge Pantano, 1981), Las mujeres son cosa de guapos (Aries; Hugo Sofovich, 1981), Tiempo de revancha (Aries; Aristarain, 1981), Amante para dos (Aries; Hugo Sofovich, 1981), Abierto día y noche / Abierto día y noche (Aries / Producciones ESME SA –México DF–; Ayala, 1981), Un terceto peculiar (Aries; Hugo Sofovich, 1981), Plata dulce (Aries; Ayala, 1982), Los fierecillos indomables (Aries; Carreras, 1982), Los fierecillos se divierten (Aries; Carreras, 1982: más sus instalaciones), Buenos Aires Rock (Aries; Olivera, 1982), El arreglo (Aries; Ayala, 1983; más algunas instalaciones), Deathstalker (Palo Alto Productions, Inc. –Los Angeles, California– / Aries; John Watson [James Sbardellati], 1983; más su backstage), The warrior and the sorceress (New Horizons Picture Corp. –Los Angeles– / Aries; John Broderick, 1983), Los extraterrestres (Aries; Carreras, 1983), No habrá más penas ni olvido (Aries; Olivera, 1983; más las instalaciones), Los reyes del sablazo (Aries; Carreras, 1983), Wizards of the lost kingdom (Rodeo Productions Inc. –Los Angeles– / Aries; Olivera, 1983), Pasajeros de una pesadilla (Aries; Ayala, 1984), Barbarian queen (Rodeo Productions Inc. –Los Angeles– / Aries; Olivera, 1984), Sálvese quien pueda..! (Aries; Carreras, 1984), Mirame la palomita (Aries; Carreras, 1984), La muerte blanca / Cocaine wars (Aries / New Horizons Picture Corp. –Los Angeles–; Olivera, 1985), Tacos altos (Productora Chango SCA; Sergio Renán, 1985), Les longs manteaux / Expreso a la emboscada (Les Films de la Tour –París–– TF1 Films Production –París– / AKF y Asociados SA; Gilles Béhat, 1985), Sledy oborotnia (Lietuvos Kinostudija –Vilnius, Lituania–; Almantas Grikevicius, 1985-1986), Amazons (New Horizons Picture Corp. –Los Angeles– / Aries; Alex Sessa [Alejandro Sessa], 1985), Sobredosis (Aries; Ayala, 1985), Deathstalker II (New Horizons Picture Corp. –Los Angeles– / Aries; Jim Wynorski, 1986), Rambito y Rambón –Primera misión– (Aries; Carreras, 1986), La noche de los lápices (Aries; Olivera, 1986), Los colimbas al ataque (Aries; Carreras, 1986; también en el backstage, la piscina, los jardines, las oficinas, los pasillos y el bar), Stormquest (Benlox Investment –Los Angeles– / Aries Films Internacional SA; Sessa, 1987; más sus instalaciones), La Galería del Terror (Aries; Carreras, 1987), El camino del Sur / Put na Jug / Journey to the South (Jorge Estrada Mora Producciones SA / Art Film 80 –Belgrado– / Smart Egg Pictures –Londres–; Juan Bautista Stagnaro, 1987-1988), Two to tango (New Horizons Picture Corp. –Los Angeles– / Aries; Olivera, 1988), Apartment Zero (The Summit Company Limited –St. Helier, Jersey, Channel Islands, GB–; Martin Donovan, 1988), El profesor punk (Aries; Carreras, 1988), Naked tango (Sugarloaf Films Inc. –Los Angeles– y Gotan Productions Inc. –Los Angeles–; Leonard Schrader, 1989), Dios los cría / Dios los cría (Aries / Televisión Española SA –Madrid–; Ayala, 1991), Funes –Un gran amor– (Piedra de Agua SA Cinematográfica; Raúl de la Torre, 1992), No te mueras sin decirme adónde vas (Arte Radiotelevisivo Argentino SA – INCAA; Eliseo Subiela, 1994-1995), Cenizas del Paraíso (Patagonik Film Group SA – Arte Radiotelevisivo Argentino SA – Buena Vista Film Productions (Latin America) SA; Marcelo Piñeyro, 1997), Tango (ASF – Terraplén Producciones SRL / Alma Ata International Pictures SL –Madrid–; Carlos Saura, 1997), Buenos Aires me mata (Kompel Producciones SA – Jorge Estrada Mora Producciones SA; Beda Docampo Feijóo, 1997) y Esa maldita costilla (Televisión Federal SA / Alma Ata International Pictures SL –Madrid– y Galiardo Producciones –Madrid–; Juan José Jusid, 1999).

Films procesados en sus laboratorios:

Ultimo refugio, La Hora de las Sorpresas, Una novia en apuros, Vidas marcadas, Concierto de almas y Ceniza al viento.

Films distribuidos por Baires-Almar SRL:

Ultimo refugio, La Hora de las Sorpresas, Una novia en apuros, Vidas marcadas, Concierto de almas, Ceniza al viento y La luna en el pozo (Filmadora Independiente Argentina; Carlos Torre Ríos, 1942).

Alquiler de sus equipos:

Un lugar en el mundo (Adolfo Aristarain y Osvaldo Papaleo; Aristarain, 1991).

Films rodados sólo en las instalaciones del estudio, no en sus galerías:

Cuidado con las imitaciones (EFA; Bayón Herrera, 1947-1948), Hoy canto para ti (DEVEICA; Kurt Land, 1949-1950) y Play murder for me (Concorde-New Horizons Picture Corp. –Los Angeles– / Aries Films Internacional SA; Olivera, 1990).

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