CINEASTAS
¡Kitsch, camp, trash!
–El cine de Enrique
Carreras–
Vida
10. EC accede al reino
En el libro Medio siglo de cine Claudio España traza
una completa historia de Argentina Sono Film, una de las dos
productoras-distribuidoras pioneras del cine argentino sonoro: la otra fue
Lumiton. En sus páginas, Atilio Mentasti dice que pensó en incorporar a EC a su
empresa tras ver Canción de arrabal.
No hay por qué dudar de su palabra, pero ese ingreso finalmente ocurrió por
casualidad y de apuro, como se explicará con lujo de detalles en la ficha de su
film número 32, Los viciosos. Los
Carreras ya habían tenido relaciones comerciales con los Mentasti, alquilando
sus estudios de Martínez o dándoles la distribución de alguna de sus
producciones. Pero es indudable que a partir de Los viciosos, en 1962, EC pasó a ser hombre de la casa en una
relación que prescindía de exclusividades pero que se mantuvo muy firme hasta
1980, exactamente hasta su film número 78, Ritmo,
amor y primavera. Cuando Atilio ya había fallecido, EC dio (en Página/12 del 27.7.1991) otra versión de
la historia: “Un día vino Atilio Mentasti y me dijo: «La única forma de no
tener rivales es contratándote»”.
Hacia 1965, su estatus dentro de la estructura de producción de la Sono ya estaba consolidada: entregaba lo que se esperaba de él, esto es, productos industrialmente sólidos realizados en los tiempos pautados y dentro de los presupuestos establecidos. De los convenios por cada film pasó a ser contratado por cinco años primero y por diez años poco después. Su opinión tuvo cada vez mayor peso, especialmente en lo referido a la elección del argumento a ser realizado, que primero discutía con Atilio y que luego, una vez aprobado, Mentasti volvía a discutir en detalle con su hombre de confianza, Juan Carlos Garate. A pesar de los privilegios de los que disfrutó dentro de esa empresa, es conveniente recordar lo que René Mugica (que dirigió para Sono Hombre de la Esquina Rosada) dijo sobre Atilio al investigador Fernando Martín Peña y que éste transcribió en el libro Generaciones 60/90. Cine argentino independiente: “A él no le gustaba trabajar con gente a la que no pudiera manejar”.
El principal aporte de EC a la Sono fue,
indudablemente, el paquete de films protagonizados por Palito Ortega, quince en
total, todos ellos éxitos de público sólo interrumpidos cuando Ortega decidió
encarar empresa propia en 1976. La mayor curiosidad de esa colaboración reside
en cómo EC mostraba en imágenes a un ídolo joven: apelando a historias viejas,
fueran éstas adaptaciones de reaccionarias comedias teatrales españolas o
argumentos originales hechos por libretistas de más de 60 años de edad. No
resultaron films juveniles sino unos en los que había algunos personajes
jóvenes vistos a través de una lente anticuada. El público de esos productos
era, decididamente, el de 40 años hacia arriba, el mismo que también convertía
en éxitos los de su competidor Sandro: la diferencia entre ambos ídolos residía
en que Sandro se animaba a encarar historias más dramáticas y se mostraba decididamente
sexy, algo imposible en el caso de Ortega, incluso si se lo hubiera
propuesto.
En Argentina Sono Film, Enrique disfrutó de presupuestos más generosos de los que estaba acostumbrado a manejar. También, de un estatus mucho más conveniente a su aspiración de convertirse en el Amadori de los 60, dentro de la empresa pero también en la industria. Además, si Amadori tuvo a Zully Moreno, él tenía a Mercedes Carreras.
11. Bajo el signo de Aries
Ya se apuntó que EC nunca fue exclusivo de
empresa alguna, ni siquiera de la propia. Si bien en los años 60 filmó
mayormente para Argentina Sono Film, también lo hizo para diversos productores
independientes, situación que se mantuvo durante los 70. Desde 1974 hizo varios
films para la Cinematográfica Victoria de los hermanos Báilez y desde 1982 y
hasta 1988 filmó –salvo cuatro excepciones– para Aries Cinematográfica
Argentina, la productora y distribuidora de Fernando Ayala y Héctor Olivera en
la que su hermano Nicolás se desempeñaba como productor desde diez años antes.
Los detalles del operativo de su ingreso a Aries serán detallados al abordar su
film número 80, Los fierecillos
indomables.
Luis Osvaldo Repetto, socio de Ayala y Olivera y, con Nicolás, productor de los films de Olmedo y Porcel elaborados por Aries, recordó las circunstancias por las que Enrique ingresó a la empresa. Hacia comienzos de los 80 los films picarescos animados por esos cómicos sufrían todo tipo de censura y el consiguiente retiro del subsidio estatal, por lo que Repetto y Nicolás decidieron dar un giro y encarar comedias aptas para todo público. Así, surgió espontáneamente el nombre de EC, no sólo por ser hermano de Nicolás sino porque era un reconocido especialista en manejar comedias “blancas”. Coincidentemente, al ser convocado, él puso como condición realizar films aptos para todo público, pues lo picaresco no lo hacía sentirse cómodo. Repetto confió que “Enrique estaba vinculado al éxito de cada película”, eufemismo que indica que tenía un porcentaje sobre las ganancias en boletería. Además, elegía personalmente las historias a ser realizadas. En esos términos, concretó doce títulos para Aries.
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