lunes, 21 de abril de 2025

ROBOS & HUERTOS

Total, nadie se da cuenta...

Madres sacrificadas

En su pieza teatral Mrs. Warren’s profession (1902), devenida clásica, George Bernard Shaw describe a una mujer que dirige un prostíbulo lujoso gracias al cual costea la educación de su hija. Esa situación-base fue copiada sin demasiado disimulo primero por Wilfredo Jiménez en su guión para La Parda Flora y años después por Sixto Pondal Ríos en su argumento para Los hipócritas, respectivamente con Amelia Bence y Tita Merello en ese personaje. El uruguayo Jiménez y Pondal eran hombres inteligentes y cultos y no podían ignorar el ilustre antecedente, pero aquel de algún modo se libró de toda acusación porque, prohibido como estaba en aquellos días por el gobierno de turno, acudió a un “prestanombres”, su amigo Nathán Pinzón.

La Parda Flora: Amelia Bence y Carlos Cores

La venganza fue terrible

Un hombre es engañado y despojado de sus bienes y años después reaparece camouflado para cobrar venganza: en Le comte de Monte-Cristo se llama Edmond Dantès; en Deus lhe pague recibe el nombre de Juca. El guionista Demicheli y el director Amadori, responsables principales del film Dios se lo pague, están exentos de culpa: ésa la tuvo el brasileño Joracy Camargo.

Caballos parecidos

El nieto de Congreve es una amable, intrascendente comedia con niño y caballos de carrera, en la que el “pibe maravilla” Andrés Poggio “Toscanito” oficia de jockey de su caballo favorito y gana la competición aunque el dueño del equino le había ordenado perderla. La historia probablemente le fue inspirada a Torres Ríos por un antiguo éxito estadounidense de la MGM que en su momento pudo haber visto en alguno de los cuatro cines porteños que lo estrenaron, The rag man (El pibe de oro, Edward F. Cline, 1925), que presenta a otro pibe taquillero, Jackie Coogan, “criado en los studs que durmió muchas veces sobre las tablas de los boxes vacíos, soñando con la gloria, y que un día, a pesar de todos los obstáculos que se oponían en su camino, conquista la fortuna y la fama, salvando al mismo tiempo a sus protectores de la infamia y de la ruina”, como describió el cronista de La Razón (16.7.1927).

 

Del conventillo al palacete

Catita (Niní Marshall) sirve en una mansión y vive en un conventillo junto con su inacabable, vulgar y ruidosa familia hasta que cierto día ese conventillo se incendia, precisamente en momentos en que sus patrones se han ido de viaje, por lo que con toda su parentela se instala en el lujoso caserón con las consecuencias imaginables, por cierto muy divertidas. El argumentista Abel Santa Cruz no lo acreditó en Catita es una dama, pero la historia básica –lúmpenes ocupando mansión– proviene de El rey de los vividores (24.11.1923, teatro Buenos Aires), comedia cuyo autor, Ricardo Hicken, la convirtió diez años más tarde en el primer largometraje argentino sonoro, Los caballeros de cemento.


Borges, el memorioso

El cuento de Borges Emma Zunz fue adaptado, con mayor o menor fortuna según los casos, en el film argentino Días de odio y en una decena de cortos y mediometrajes variopintos. Su plot central (hijos en busca de venganza) será utilizado en otros títulos sin que acaso Borges se enterara: El hombre que debía una muerte, Castigo al traidor, Una mujer… y Relatos salvajes; en este último, la camarera (Julieta Zylberberg) del segundo episodio es también la hija de un padre suicida por culpa de otro villano. Borges publicó su relato en 1949, y un hombre que parecía haber leído todos los libros del mundo no podía ignorar que el tema ya había sido tratado por nadie menos que Schnitzler en su Fräulein Else, novela de 1924 trasladada al cine local como El ángel desnudo.

Si vamos a robar…

El argumento de Alfredo G. Volpe para La fuga refiere la reconversión de un maleante (Santiago Arrieta) a decente, campo abierto mediante. En el medio de ese tránsito hay una antigua amante (Tita Merello), un nuevo y fresco interés sentimental (Niní Gambier), un inspector de Policía que lo persigue (Francisco Petrone) y una serie de pintorescos personajes secundarios. ¿Volpe habrá visto el film estadounidense The hide-out (W. S. Van Dyke, 1934), estrenado en Buenos Aires por la MGM el 20.11.1934 en el cine Broadway con el título Sombras del pasado? Según el Heraldo su argumento relata que “un pistolero se esconde de la policía en el campo, donde se enamora de una maestra rural, regenerándose en el ambiente sano y apacible”. El guión lo firman Frances Goodrich y Albert Hackett a partir de un argumento original de Mauri Grashin, guionista de línea: Goodrich y Hackett, además un matrimonio, eran muy prestigiosos tanto en Broadway cuanto en Hollywood; ella ganó un Pulitzer por su pieza The diary of Anne Frank y juntos firmaron el guión de clásicos como It’s a wonderful life y Father of the bride. Volpe debe haber pensado: para robar, robemos a los grandes.

Tita Merello en La fuga

Madame de Urquijo

La vida de una mujer es uno de esos films que casi nadie vio en su momento, ya que fue estrenado oscuramente, ni en años posteriores, pues toda copia parece haber desaparecido incluso desde antes de la TV, medio por el que jamás fue emitido. Los pocos documentos existentes revelan que su argumento –firmado por el director, Facundo J. Martínez– es una especie de variante de aquel, muy popular, que Alexandre Bisson escribió como pieza teatral con el título Madame X, varias veces filmado (con Ruth Chatterton, con Gladys George, con Lana Turner y otras). Bisson presenta a una mujer cuyo malvado esposo la echa del hogar, mintiéndole a su hijito que ella ha muerto: al cabo de muchos años, el hijo, abogado, debe defender a una mujer acusada de un crimen, sin saber que es su madre. La vida de una mujer ofrece a un marido bondadoso (Enrique Zingoni), una esposa (Myriam de Urquijo) que abandona el hogar justo el día de un aniversario de bodas tras los pasos de un amante canalla (Armando de Vicente) y un hijo (Héctor Coire) que crece creyendo que su madre ha muerto: cuando grande, el hijo deviene médico, y debe atender a una mujer sin saber que es su madre. Es una pena que no se pueda ver este film, en especial para comprobar cómo se las ingeniaron el director de fotografía y el maquillador para tornar verosímil que Coire (n. 1917) luzca como hijo de Urquijo (n. 1918).

OTROS FILMS MENCIONADOS
El ángel desnudo (Carlos Hugo Christensen, 1946)
Los caballeros de cemento (Ricardo Hicken, 1932)
Castigo al traidor (Manuel Antín, 1965)
Catita es una dama (Julio Saraceni, 1956)
Días de odio –Emma Zunz– (Leopoldo Torre Nilsson, 1953)
Dios se lo pague (Luis César Amadori, 1947)
Father of the bride (El padre de la novia, Vincente Minnelli, 1950)
La fuga (Luis Saslavsky, 1937)
Los hipócritas (Enrique Carreras, 1964)
El hombre que debía una muerte (Mario Soffici, 1954)
It’s a wonderful life (¡Qué bello es vivir!, Frank Capra, 1946)
Una mujer… (Juan José Stagnaro, 1975)
El nieto de Congreve (Leopoldo Torres Ríos, 1949)
La Parda Flora (León Klimovsky, 1952)
Relatos salvajes (Damián Szifron, A/E, 2013, episodio Las ratas)
La vida de una mujer
(Facundo J. Martínez, 1947)

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