lunes, 10 de marzo de 2025

PERFILES

Paul Ellis

“Nueva York, marzo 22 (United) – Mañana partirá para Buenos Aires el actor cinematográfico argentino Paul Ellis, quien desde hace 17 años residía en Hollywood interpretando papeles en películas en español. Tiene el propósito de trabajar en estudios cinematográficos argentinos.” [Despacho reproducido en La Prensa, 23.3.1942].

   Cuando tomó la decisión de volver al país en el que había nacido sumaba ya 45 años de edad y una trayectoria cinematográfica intensa pero ciertamente oscura, de eterno segundón, sin alcanzar jamás ese estrellato tan deseado por todo actor, especialmente si ese actor desarrolla su actividad en el corazón de la industria mundial del cine, Hollywood, que, a decir verdad, muy pocos argentinos conquistaron. Lo que Ellis ignoraba era que nada cambiaría para él en su propio terreno: al llegar era un completo desconocido para el público y para la mayor parte de sus colegas, por lo cual continuó siendo un segundón con el agravante de que, pasado el fugaz brillo del recibimiento como el hijo pródigo que no fue, volvió a ser una sombra, pero esta vez definitivamente hablada en castellano.

   Aunque algunas fuentes suman el apellido O’Higgins, sus padres eran un napolitano de profesión luthier (Fiorentino Ingenito, sin tilde, por favor) y de una argentina ama de casa (Rosa Paralupi), vecinos de la Boca. El hijo supo ser empleado municipal en la Dirección de Tránsito y un “joven argentino extensamente vinculado a los centros sportivos bonaerenses” (La Nación) que, a sus 21 años, con el dinero justo y sin saber hablar inglés, partió exactamente el 12.10.1918 rumbo a California, a tentar fortuna en el deporte, aunque una vez allí el Destino decidió modificar su vocación y le ofreció la variante del actor de cine. Joven, moreno y atractivo, no le resultó difícil ser introducido en el medio y hasta se hizo amigo de Barry Norton, un compatriota que también buscaba su propio espacio en aquella jungla …y casi lo obtuvo. Allí, desde comienzos de los años 20, Ellis intervino en calidad de extra en un puñado de films, cobrando cierta relevancia desde The bandolero con el pseudónimo Manuel Granado, a partir del cual obtuvo la atención de los cazatalentos de la MGM, quienes lo rebautizaron Paul Ellis. Ocasionalmente utilizó otros pseudónimos: Benjamín I. Paralupi y, como productor, Chris Phyllis, datos estos últimos que no han podido ser debidamente confirmados pero que, en caso de ser ciertos, revelan que ni siquiera en los films de los que era “dueño” se adjudicó un protagónico, lo cual puede ser atribuido a su modestia o a su convicción de que carecía del talento para tamaña responsabilidad.

   Fue a partir de The bandolero, entonces, que su carrera despegó al punto de filmar decenas y decenas de films, en muchos de los cuales ni siquiera figuraba en los títulos de crédito, por lo general en personajes de latino, al borde de lo invisible, alternando a Lubitsch con Borcosque, a Jacques Tourneur con Dwain Esper, a De Mille con Harry Hoyt y a Capra con B. B. Ray y compartiendo elenco –aunque quizá no en una misma escena– con Gable y Red Skelton, Carole Lombard y Conchita Montenegro, Joan Crawford y Carmen Miranda, Garbo y Charles Chase, Tyrone Power y Lupe Vélez, Chevalier y Caruso, Rosalind Russell y Mickey Rooney sin olvidar a Tarzan “the police dog” y a la perra Daisy ni a sus compatriotas Norton, Vicente Padula, Azucena Maizani, Carlos Lucanti, Mona Maris y Enrique de Rosas. Filmó para las empresas majors (MGM, First National, Columbia, Paramount, Fox, RKO-Pathé, Universal, Hal Roach Studios, Republic, la Cosmopolitan de Hearst y Marion Davis) pero también y sobre todo para una gran variedad de compañías pequeñas (Film Booking Offices, Mascot, Monogram, Invincible, Weiss Productions, Consolidated, Puritan, Reliable, Roadshow Attractions, Favorite Films, PRC) para las que aparecía en serials o en aquellos westerns de alrededor de una hora de duración que rellenaban las matinées. Films largos y cortos, en inglés o en castellano, de serie A y de serie B, ningún género, subgénero y modalidad le fueron ajenos.

Ramón Pereda, Lupe Vélez y Ellis en el set de Hombres en mi vida

   Su obra –es tan sólo una manera de decir– ha sido poco explorada. Hay un libro escrito por su hijo Mario César Ingenito Cano, nacido en Buenos Aires en 1951, titulado Paul Ellis: The new sheick; hay un breve perfil trazado por Diego Curubeto en Babilonia gaucha –Ataca de nuevo– (1998), y hay una brillante semblanza publicada en el Diccionario sobre figuras del cine argentino en el exterior –De Gardel a Norma Aleandro– (1999), uno de los numerosos libros escritos por Mario Gallina, quien, como residente de la ciudad bonaerense de Miramar, tuvo la oportunidad de sostener extensas entrevistas –y con seguridad recabar documentación de primera mano– con Ingenito Cano, vecino de Mar del Plata. Ellis figura en la edición 1937 del Academy Players Directory Bulletin, en la sección “Characters and Comedians”, y hasta tenía una firma que lo representaba, la agencia Sackin. Su último film estadounidense fue un corto de Los Tres Chiflados en el que aparece muy brevemente como el presentador de una corrida de toros: esa secuencia fue incluida en una remake rodada en 1956 por el mismo director, Jules White, retitulada Sappy bull fighters, provocando la consiguiente confusión en su filmografía: de hecho, en 1956 Ellis ya estaba retirado del cine.


   Establecer una filmografía suya completa y definitiva es, en verdad, un desafío para investigadores y filmógrafos aguerridos. La que ofrece Gallina suma 87 títulos, en tanto la que despliega la IMDb alcanza 109, pero en ambas hay films faltantes, sobrantes, erráticos y superpuestos. La de la IMDb termina por confirmar que ese sitio puede ser, para muchos de sus seguidores, algo así como la Biblia, pero específicamente en lo que respecta al cine estadounidense y, en general, para el de habla inglesa: la entrada dedicada a Ellis no sólo incluye La senda oscura y Sappy bull fighters, en los que no actuó, sino que –pecado mayor– entremezcla su filmografía con la del actor español Manuel “Manolo” Granada, cuyo nombre real era Manuel Galindo Díaz y comenzó su actividad en cine tan sólo en los años 50; para colmo de males, registra que en la coproducción hispano-italiana Rebeldes en Canadá / I tre del Colorado (1965, dir. Amando de Ossorio), Granada actuó con el nombre Paul Ellis, aunque en realidad se trata de otro actor que utilizaba el pseudónimo Mirko Ellis, un suizo que se inició como Mirko Korcinsky. En esas trampas caza-incautos que la IMDb suele tender a investigadores y curiosos poco entrenados en los abismos de la serie B sucumbió una argentina, la ya fallecida Beatriz Seibel, que incorpora los films del español Granada a los del argentino Granado-Ellis en su libro Teatro: argentinos en el exterior (pág. 50).

   Así, la filmografía de Ellis que se ofrece al final de este texto contempla la de Gallina y la de la IMDb, las corrige y “emprolija” según orden cronológico aproximado de producción y agrega datos propios, incluyendo el signo • en aquellos de los que se pudo consultar los títulos de crédito, así como uno que los colegas habitualmente no suelen considerar: el título con el que cada film extranjero fue lanzado comercialmente en Buenos Aires, si lo fue, apartado este último que contó con la invalorable colaboración, desde Roma, de Ernesto Pérez. Los cortos, por ejemplo, no solían ser registrados por diarios y revistas, pero casi seguramente los que hizo Ellis tuvieron lanzamiento comercial debido a las populares estrellas a las que secundó, como Charley Chase, Benny Rubin, Thelma Todd y, claro está, Los Tres Chiflados. Son 100 títulos, y aun así, es posible que falte alguno, en especial de su etapa inicial en tanto extra. Lo más cerca que estuvo del estrellato hollywoodense fue en el puesto nº 4 de Marihuana.

   El regreso de Ellis a la Argentina en 1942 tuvo escaso eco periodístico: La Razón y La Nación coincidieron en anticipar el 9.3 su viaje desde Nueva York, donde hizo escala durante unos días; La Nación publicó el 22.4 una entrevista “a pocos días de haber llegado”; el Heraldo del Cinematografista confirma el 13.5 que “el actor argentino Paul Ellis, recientemente llegado de los Estados Unidos” fue contratado por Estudios San Miguel, reiterando el 14.4.1943 que esa compañía “renovó el contrato de Paul Ellis hasta fines del año 1944”, en tanto el Anuario Cinematográfico 1944 de Cine-Prensa le dedica una entrada de su “Quién es quién” con datos escasos e imprecisos y confirma que “actualmente está contratado por Estudios San Miguel”. Sin embargo, la empresa de los Machinandiarena lo mantuvo por completo inactivo, por lo que entonces hizo algo en la radiofonía y algo en teatro, primero con Mecha Ortiz en el Politeama Argentino (la Léocadia de Anouilh) y luego con Ernesto Vilches en una compañía armada para una gira por diversos países del continente que arrancó en abril 1946.

   Al llegar a Santiago aceptó un ofrecimiento de la Chilefilms SA e intervino sucesivamente en El padre Pitillo y El diamante del maharajá, sendas comedias rutinarias para lucimiento de los cómicos Lucho Córdoba en la primera y Luis Sandrini en la segunda. De inmediato volvió a trabajar con Mecha Ortiz en Tormenta en el alma, producción 100% chilena cuyos exteriores se hicieron allá y sus interiores en los sets de San Miguel en Bella Vista. Un año y medio más tarde (agosto 1946) esa productora anunció que debutaría en La senda oscura, drama que dirigió Moglia Barth, y el nombre de Ellis, efectivamente, aparece en toda la documentación disponible, incluyendo la ficha técnica publicada por el Heraldo acompañando la crítica del estreno. Gallina aporta el dato de que a Ellis “no le conformó el personaje” y por lo tanto “fue reemplazado por Alfonso Pisano”: si esto fue realmente así, Ellis estuvo muy acertado, ya que el personaje en cuestión, un asistente de Artea, “La Mujer Misterio” (Elsa O’Connor), era realmente un “hueso”.

   Ellis ya no se moverá de la Argentina, al menos laboralmente, e intervendrá en nueve largometrajes, siempre en personajes secundarios, as usual. Entre el jefe de los hampones de Sacachispas y el tabernero de La Tierra del Fuego se apaga volvió a reunirse con Sandrini en El seductor, donde era el amante de la cabaretera Blanquita Amaro; hizo dos films de Belisario García Villar, el nunca estrenado El Diablo de las vidalas, cuyo comandante realista –quizás el personaje más destacado que le tocó en suerte en su país– jugaba con el de Amanda Varela, su vieja compañera hollywoodense de Papá soltero, y el estrenado pero desaparecido Rebelión en Los Llanos; fue Paul, un amigo francés de Eduardo Arolas (Juan José Míguez) en Derecho viejo; fue dirigido por su colega Homero Cárpena en dos films espantosos; y descendió al puesto 13º en los créditos de La telaraña, otro film invisible.

   Una paradoja es que Ellis obtuviera su único personaje protagónico veinte años después de su muerte. La historia es más o menos la siguiente: tras filmar a las órdenes del “Indio” Fernández parece haber tomado en cuenta que no habría un futuro cinematográfico para él, y así, con esposa e hijo, decidió instalarse en Mar del Plata, cuyas playas lo sedujeron cuando filmó allí Stella Maris. Ya estaba viejo y cansado pero aún debía trabajar para mantener a su familia, por lo que consiguió un conchabo cuando menos insólito oficiando de una especie de maestro de ceremonias en los velorios organizados por una empresa de servicios fúnebres. A uno de ellos asistió Graciela Torre Nilsson, una de las hermanas de Leopoldo, también ella residente marplatense con su marido, el productor José Antonio Ciancaglini. Fascinada por la experiencia, “Grace” se la contó a su sobrino Pablo Torre, quien vio allí material interesante e inventó una historia que tenía por personaje central a un viejo actor del cine mudo hollywoodense y la convirtió en una novela titulada El amante de las películas mudas, publicada en 1988. No satisfecho, Torre creyó imprescindible adaptar su novela al cine para el que resultó su primer largometraje, inicialmente mencionado “Hollywood, anís y lágrimas” pero luego estrenado con el mismo título de su novela: en el film es Alfredo Alcón quien interpreta a Ralph, el personaje inspirado en Ellis, aunque nadie se enteró de todo ello por cuanto el fracaso fue en verdad estrepitoso. Lo cual, de algún modo, cierra un triste círculo para un actor que, como tantísimos otros en el mundo, trabajaron de manera intensiva sin casi dejar huella en sus espectadores.

FILMOGRAFIA

[Benjamín Italo José Ingenito Paralupi;
Buenos Aires, 6.11.1896 / Mar del Plata, Buenos Aires, 30.1.1974]

En los EEUU: Secrets of Paris (Los misterios de París, 1922, dir. Kenneth S. Webb), The silent command (El mudo mandato, 1923, dir. J. Gordon Edwards: NA•), The bandolero (El bandolero, 1924, dir. Tom Terriss), Pretty ladies (Las chicas lindas, 1925, dir. Monta Bell: NA•), The sporting Venus (La Venus deportiva, 1925, dir. Marshall Neilan: NA•), The pace that thrills (1925, dir. Webster Campbell), Excuse me (Dispense, Ud., 1925, dir. Alfred J. Goulding), The dancer of Paris (La bailarina de París, 1925, dir. Alfred Santell), Three hours (Esposas prisioneras, 1926, dir. James Flood), Bitter apples (Frutos ácidos, 1926, dir. Harry O. Hoyt), The charge of the gauchos (Una nueva y gloriosa nación, 1927, dir. Albert H. Kelly), The younger generation (1928, dir. Frank Capra: NA•), Loves of an actress (Los amores de una actriz, 1928, dir. Rowland V. Lee), The bridge of San Luis Rey (El puente de San Luis Rey, 1928, dir. Charles J. Brabin), In old California (1929, dir. Burton L. King), Havana shadows (Por una mujer, 1929, dir. Cliff Wheeler, versión hablada en inglés de Sombras habaneras –idem–, 1929, dir. René Cardona), In old Madrid (1929, NN, corto), Charros, gauchos y manolas (idem, 1929, dir. Xavier Cugat), Alma de gaucho (1930, dir. Henry Otto: + P, G y M), Let’s go native (Náufragos del amor, 1930, dir. Leo McCarey), La voluntad del muerto (La heredera de mr. West, 1930, dir. George Melford, versión hablada en castellano de The cat creepsLa heredera de mr. West–, 1930, dir. Rupert Julian), The snappy caballero (1930, dir. Jack Cummings, corto), La señorita de Chicago (idem, 1930, dir. James Parrott, corto, versión hablada en castellano de The pip from Pittsburg, 1930, dir. James Parrott, corto), Monerías (idem, 1930, dir. James Parrott, corto, versión hablada en castellano de Rough seas, 1930, dir. James Parrott, corto), One punch O’Toole (1931, dir. Sigmund Neufeld, corto), The common law (La ley no escrita, 1931, dir. Paul L. Stein•), Su última noche (idem, 1931, dir. Chester M. Franklin), El pasado acusa (El pasado acusador, 1931, dir. David Selman y Julio Villarreal, versión hablada en castellano de The good bad girl, 1931, dir. Roy William Neill), Hombres en mi vida (idem, 1931, dir. David Selman y Eduardo Arozamena, versión hablada en castellano de Men in her life, 1931, dir. William Beaudine), Soñadores de gloria (idem, 1932, dir. Miguel Contreras Torres: rodaje en México), Contraband (1932, dir. Raymond Wells), Contrabando (1932, dir. Alberto Méndez Bernal, versión hablada en castellano de Contraband), No man of her own (Casada por azar, 1932, dir. Wesley Ruggles), Dos noches (idem, 1932, dir. Carlos Borcosque, versión hablada en castellano de Revenge at Monte Carlo, 1932, dir. Breezy Eason), Laughing at life (Paso a un valiente, 1933, dir. Ford Beebe: NA•), Secret sinners (1933, dir. Wesley Ford), Under secret orders (1933, dir. Sam Newfield), The woman condemned (1933, dir. Dorothy Davenport), La buenaventura (idem, 1934, dir. William C. McGann, film en algunas fuentes mencionado como “Un hombre peligroso” y dirigido por Richard C. Kahan, director que existe pero que no hizo ningún film con Paul Ellis y cuyo apellido suena parecido a McGann), Dos más uno dos (idem, 1934, dir. John Reinhardt), One night of love (Una noche de amor, 1934, dir. Victor Schertzinger), The merry widow (La viuda alegre, 1934, dir. Ernst Lubitsch: NA•, Ellis intervino en escenas de conjunto que fueron editadas asimismo en la versión hablada en francés, La veuve joyeuse –La viuda alegre–, filmada simultáneamente), Tres amores (idem, 1934, dir. Aubrey Scott y Jesús Topete, versión hablada en castellano de Bachelor mother, 1932, dir. Charles Hutchinson), Twenty dollars a week (1934, dir. Wesley Ford), Women must dress (Maniquíes de carne, 1934, dir. Reginald Barker•), Rumba (idem, 1934, dir. Marion Gering: NA•), Timberesque (1934, dir. King Guidice, corto), Public opinion (1934, dir. Frank R. Strayer•), Asegure a su mujer (idem, 1934-1935, dir. Lewis Seiler), Reckless (En busca del amor, 1935, dir. Victor Fleming), Fighting caballero (1935, dir. Elmer Clifton: NA•), Captured in Chinatown (1935, dir. Elmer Clifton•), Tailspin Tommy in the great air mystery (1935, dir. Ray Taylor, serial: Ellis aparece en 2 de los 12 episodios•), Rip roaring Riley (1935, dir. Elmer Clifton•), No matarás (1935, dir. Miguel Contreras Torres), Never too late (Lucha brava, 1935, dir. Franklin Shamray [B. B. Ray]•), La última cita (idem, 1935, dir. B. B. Ray), Murder at Glen Athol (1935, dir. Frank R. Strayer: NA•), Wife vs. secretary (Entre esposa y secretaria, 1935, dir. Clarence Brown), The house of a thousand candles (La casa de las mil luces, 1936, dir. Arthur Lubin), Marihuana (1936, dir. Dwain Esper•), Fatal lady (La dama fatal, 1936, dir. Edward Ludwig), Heroes of the Alamo (1937, dir. Harry Fraser•), Love under fire (Amor entre balas, 1937, dir. George Marshall: NA•), Jungle menace (1937, dir. George Melford – Harry Fraser, serial en 15 episodios, luego editados en el largometraje Jungle terror, 1946: NA•), The buccaneer (El bucanero, 1937, dir. Cecil B. De Mille), El trovador de la radio (idem, 1938, dir. Richard Harlan), California frontier (Fronteras heroicas, 1938, dir. Elmer Clifton), Di que me quieres (idem, 1938, dir. Robert R. Snody), Mis dos amores (idem, 1938, dir. Nick Grinde), Rose of Washington Square (Rosa de Broadway, 1939, dir. Gregory Ratoff), Papá soltero (idem, 1939, dir. Richard Harlan), Second fiddle (¿Quien quiere a quien?, 1939, dir. Sidney Landfield: NA•), Ninotchka (Ninoska, 1939, dir. Ernst Lubitsch: NA•), Nick Carter master detective (Nick Carter, gran detective, 1939, dir. Jacques Tourneur), El rancho del pinar (Cuando canta la ley, 1939, dir. Richard Harlan), Arizona gang busters (La pandilla de Arizona, 1940, dir. Peter Stewart [Sam Newfield]•), Down Argentine way (Al compás de dos corazones, 1940, dir. Irving Cummings: NA•), Six lessons from Madame La Zonga (Madame La Zonga, 1940, dir. John Rawlins), Blondie goes latin (Aires de conga, 1940, dir. Frank R. Strayer – Robert Sparks), They meet in Argentina (1940, dir. Leslie Goodwins – Jack Hively), Blood and sand (Sangre y arena, 1941, dir. Rouben Mamoulian: NA•), Desperate cargo (Cargamento peligroso, 1941, dir. William Beaudine: NA•), Too many blondes (Demasiado rubias, 1941, dir. Thornton Freeland), Whistling in the dark (Lo que dijo el aire, 1941, dir. S. Sylvan Simon), The round-up (El drama del cortijo, 1941, dir. Lesley Selander), Below the border (1941, dir. Howard P. Bretherton: NA•), What’s the matador? (1941, dir. Jules White, corto) – En Chile: El padre Pitillo (idem, 1945, dir. Roberto de Ribón), El diamante del maharajá (idem, 1945-1946, dir. Roberto de Ribón•), Tormenta en el alma (El precio de una vida, 1946, dir. Adelqui Millar) – En la Argentina: Sacachispas (Jerry Gómez, 1949•), El seductor (Bayón Herrera, 1949•), El Diablo de las vidalas (Belisario García Villar, 1950•), Derecho viejo (Manuel Romero, 1950: acreditado como Paúl Ellis•), Rebelión en Los Llanos (Belisario García Villar, 1950-1951), Stella Maris (Homero Cárpena, 1952), Se necesita un hombre con cara de infeliz (Homero Cárpena, 1953•), La telaraña (Kurt Land, 1954•), La Tierra del Fuego se apaga (Emilio Fernández, 1955•).

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