domingo, 1 de junio de 2025

TEMAS

El sonido comenzó corto

1. 1928

En su Historia del cine argentino Domingo Di Núbila omite toda mención al doctor Lee De Forest y a su sistema de sonido Phono Film (en la película, no sincronizado mediante discos); Jorge Miguel Couselo también los ignora, tanto en su biografía de José A. Ferreyra cuanto en la de Leopoldo Torres Ríos, y en Reportaje al cine argentino, libro que pone el acento en la transición mudo-sonoro, se lo menciona erróneamente (De Forrest) y se equivoca al incluir a José Bohr y Carlos Gardel entre quienes posaron ante sus cámaras en la Argentina, puesto que Bohr lo hizo en el extranjero y Gardel en la Argentina pero con el Movietone. Ausencias que confirman que el breve, fallido período del Phono Film no fue explorado con precisión.


   Toda información acerca de los cortometrajes filmados en la Argentina mediante el sistema Phono Film no sólo es escasa sino incierta: es cuando menos curioso que los cronistas contemporáneos dedicaran abundante espacio a reseñar quiénes, cuándo y cómo se sumaban al invento en Hollywood pero fueran tan mezquinos con sus connacionales. A esa apatía informativa debe sumársele la nula difusión de su distribuidora-productora local, que no envió gacetillas a los medios ni publicó aviso publicitario alguno, limitándose a suministrar a las carteleras de los diarios menguantes informaciones que, por el contrario, no escatimaban frases grandilocuentes acerca del revolucionario invento. En líneas generales podría afirmarse que eran todos de corta duración excepto uno, considerado un mediometraje (más de 30’), producidos por la Corporación Argentino-Americana de Films y dirigidos por Francisco P. Donadio. Así, desde mayo 1928 fueron filmados los siguientes títulos, que se despliegan a continuación –no sin cierta cuota de dudas– en el orden en que fueron lanzados en los cines:

Irigoyen (18.10.1928, teatro Apolo), que necesita de una previa aclaración: en los dos únicos avisos publicitarios encontrados, en uno se menciona su título con “i” y en el otro no se lo menciona de ninguna manera; es obvio que Hipólito Yrigoyen se llamaba Yrigoyen y no Irigoyen, pero ese detalle era pasado por alto incluso por el periodismo, notoriamente en La Razón y La Prensa, que siempre lo escribían con “i”. Como sea, el film documenta en poco más de media hora –las carteleras informaban que duraba “siete actos”, lo cual daría unos 65’, algo que no se corresponde con los horarios de las secciones– detalles de la asunción del segundo período presidencial por Yrigoyen, el 12.10.1928: definido por la publicidad como “primera película parlante” suma a “Irigoyen saliendo de la casa histórica de la calle Brasil; llegando al Congreso; la ovación popular; el juramento de Irigoyen; el juramento de [el vicepresidente doctor Enrique] Martínez; expectativa y aplausos en el recinto del Congreso; en dirección a la Casa Rosada; la plaza de Mayo; escenas callejeras; júbilo popular; el desfile militar; las tropas extranjeras; aclamaciones al presidente electo; marchas y dianas militares”. Se mantuvo en cartel durante las “cinco únicas exhibiciones” previstas, en un programa completado con “actualidades mudas y dos sonoras con Sofía Bozán ejecutando dos tangos populares”, todo lo cual fue comentado por un cronista de La Prensa el 21.10.1928 en los siguientes términos: “De acuerdo con el sistema parlante de De Forest, ya conocido en Buenos Aires, se han registrado en una película de regular extensión los momentos más interesantes de las diversas ceremonias oficiales realizadas de la llegada al poder del señor Irigoyen. Hay pasajes en que las escenas se adaptan a la voz o a los ruidos de manera perfecta, pero en otros, los más, no aparece perfeccionada todavía esta innovación de la cinematografía. Claro que conviene señalar con cuántas dificultades se debe tropezar para imprimir una película de esta especie, especialmente en actos públicos, donde los operadores y demás empleados que los secundan luchan con mayúsculos obstáculos. Micrófonos, cámaras y lámparas son aparatos difíciles de ubicar con exactitud en lugares de grandes aglomeraciones. De ahí que diversos pasajes de la cinta que nos ocupa aparezcan desmerecidos en su real valor. Como una tentativa cumplida en parte, esta película parlante ha interesado, aunque, como ocurrió en ocasión de conocerse en Buenos Aires este sistema del Phono Film, todavía no convence de veras. Es elogiable, sin duda, el trabajo de los operadores argentinos, al familiarizarse con esta difícil forma de tomar obras cinematográficas. Ellos cumplen una labor delicada, y en su elogio cabe decir que los trabajos parlantes hechos por ellos en Buenos Aires superan en claridad en los sonidos a los llegados al principio de los Estados Unidos. De ello son buena prueba las dos canciones de Sofía Bozán registradas con igual número de cintas parlantes exhibidas a continuación de la del 12 de octubre”. [“Noticias Cinematográficas” en la sección Teatro y Música. Contemporáneamente, el 3.11.1928 fue estrenada en el Marconi la pieza teatral Yrigoyen, representada por José Casamayor en el personaje titular ¡por apenas dos días!, ya que las críticas adversas motivaron a sus autores, Luis García Lynch y Adelardo Fernández Arias, a retirarla de cartelera].


¡Qué lindo es estar metido! (18.10.1928, teatro Apolo), tango de Domingo Parra (l) y Pascual Contursi y Enrique Delfino (m), por Sofía Bozán, filmado el 3.10.1928.

¡Haragán!... (18.10.1928, teatro Apolo), tango de Manuel Romero (l) y Enrique Delfino (m), por Sofía Bozán, filmado el 3.10.1928: tan popular devino este tango que fue incluido por “la curiosa, sensacionalista y retorcida bailarina” Josephine Baker en el repertorio de su debut en la Argentina, el 29.5.1929 en el Astral, en la que resultó una versión “indescriptible”; los entrecomillados son del cronista de La Nación.

Caminito (16.11.1928, Fénix), tango de Gabino Coria Peñaloza (l) y Juan de Dios Filiberto (m), por Libertad Lamarque con el uruguayo Alfredo Gobbi –padre del popular músico homónimo– secundados por los guitarristas Solá y Díaz.

Lindo tipo de varón (16.11.1928, Fénix), tango de Charlo (l) y Enrique Cadícamo y Charlo (m), por Azucena Maizani, quien lo había estrenado muy poco antes, el 16.10, durante su actuación en el cine Astral. [Un film con ese mismo título aparece en las carteleras desde principios de 1930, pero se trata de una producción estadounidense con Will Rogers].

Chorra (16.11.1928, Fénix), tango de Enrique Santos Discépolo en una denominada “parodia musical” por Marcos Caplán. Había sido exhibido en privado el 8.9.1928 a las 14.30 en el Grand Palais.

Oiga, agente (17.11.1928, Fénix), tango, de y por Mercedes Simone con los guitarristas Pablo Rodríguez y Baudino.


La paisana (17.11.1928, Fénix), estilo campero de Mercedes Simone, por Mercedes Simone con Rodríguez y Baudino. Exhibido en privado el 8.9.1928 a las 14.30 en el Grand Palais.

Pinta brava (17.11.1928, Fénix), tango de Mario Battistella (l) y Charlo (m), por Charlo. [“Tal vez con las luces del Once, su representante, que venía silencioso en el fondo del coche, se anima y dice: –Y te olvidás del fonofilm. Entonces Charlo recoge la indicación. –Es verdad; he grabado dos discos a prueba. Todavía no he tenido tiempo de verlos, pero me dicen que han salido muy bien. Y el representante agrega: –Eso es un gran invento. Eso le va a dar mucho”. (Fragmento del artículo “Charlo a través de un viaje en su automóvil”, en La Nación, domingo 4.11.1928, sección Radio: la frase “le va a dar mucho” se corresponde con la actitud de Charlo durante toda esa entrevista, en la que deja bien en claro que su principal preocupación es el dinero a cobrar)].


El número fatal (17.11.1928, Fénix), monólogo cómico interpretado por Manuel Rico, actor que en aquella temporada actuaba en el Maipo: había sido exhibido en privado el 8.9.1928 a las 14.30 en el Grand Palais.

El poeta (17.11.1928, Fénix), monólogo a cargo de Marcos Caplán: fue exhibido en privado el 8.9.1928 a las 14.30 en el Grand Palais.

El sepulturero, Cielito lindo y La mano del muerto (18.11.1928, Fénix), canciones tradicionales mexicanas, anónimas, interpretadas por Adria Delhort acompañada por sus compatriotas el cantante Angel Las Heras y el guitarrista José Muñoz. Fueron exhibidos en privado el 8.9.1928 a las 14.30 en el Grand Palais. [Adria Delhort era una actriz y cantante de ese origen que en aquellos días actuaba en teatros y cines argentinos, primero en el Astral y luego en el Paramount; filmó varios largometrajes sonoros en su país entre 1933 y 1938, en especial con el director Fernando de Fuentes].

Adria Delhort

Andate con la otra (18.11.1928, Fénix), tango de Enrique Dizeo (l) y Carlos Vicente Geroni Flores (m), por Felicia San Martín, actriz que en esos mismos días integraba el elenco del teatro Nacional. Exhibido en privado el 8.9.1928 a las 14.30 en el Grand Palais.

Desfile militar del 9 de Julio (22.11.1928, Fénix), título que no necesita de aclaraciones.

El negro silencioso (1.12.1928, Paramount), del que se ignoran otros datos.

   Otros cortometrajes filmados y exhibidos aunque no pudo ser registrada una fecha precisa de lanzamiento son los siguientes:

El viejo tango, “sketch que se desarrolla en el año 90, más o menos, entre una planchadora, un mayoral de tranvía y un vigilante”, según La Película del 14.6.1928, con Gloria Faluggi, Félix Mutarelli y Gonzalo Palomero y música de Samuel Castriota interpretada por la Orquesta Típica Larocca.

Entre mate y mate, “escenas camperas” escritas por Ismael Orizaola Roldán e interpretadas por Juan Bono, Alberto Palomero y Gonzalo Palomero. [Véanse dos fotografías en La Película del 21.6.1928].

Felicia, tango de Enrique Saborido, por el Trío Pollero dirigido por el pianista Julio F. Pollero. Exhibido en privado el 8.9.1928 a las 14.30 en el Grand Palais.

• “Breves palabras” por el intendente de Buenos Aires, Horacio Casco. Exhibido en privado el 8.9.1928 a las 14.30 en el Grand Palais.

La cumparsita, tango de Gerardo Matos Rodríguez, por la orquesta de Julio De Caro.

• Uno por el cantor Juan Carlos Marambio Catán.

   Luego de todo lo cual las carteleras de los diarios omiten mención alguna a títulos e intérpretes reemplazándolos con expresiones genéricas tales como “Phono Film cantado”, “Películas parlantes, gran novedad hecha en Argentina”, “Exhibiciones de Phono Film, números nuevos argentinos y americanos”, “El maravilloso invento del siglo” y más escuetamente “películas parlantes”. Tras la andanada inicial en el Apolo y el Fénix de Floresta se registra su paso por los cines Callao (27 al 29.11), Paramount (1 al 18.12), Select Lavalle (1 al 7.12), Gran Bijou (6 al 15.12), Rivas (19 al 28.12), Coliseo Palermo y Petit Colón (20 al 25.12) y, ya en 1929, Bolívar (4 al 13.1), Imperio (12 al 14.1), Lima (15 al 21.1), Bijou (23.2 al 1.3) y Capitolio (12 al 18.4).

   La pregunta pertinente, entonces, sería por qué no prosperó el Phono Film, que en realidad fue utilizado sólo para las aludidas “variedades” pero nunca para una ficción de largometraje. Ephraim Katz lo explica de esta manera: “A pesar de la apatía inicial de los espectadores, el sistema fue adquirido por Fox y eventualmente integrado en 1927 a su propio sistema Movietone”. [Continuará] 

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